Tras culminar el cuarto día de paro, los taxistas madrileños anunciaron que se proponen seguir «con más fuerza» y programar acciones «más contundentes» hasta que la Comunidad de Madrid ceda como lo ha hecho la Generalitat de Cataluña, después de que sus homólogos barceloneses decidieran el miércoles por la noche que abandonaban la huelga tras una reñida votación. Hasta el líder de las protestas en Barcelona, el presidente de Élite, Tito Álvarez, se desplazó a Madrid para contarles las claves de su éxito.

La nueva jornada reivindicativa, en la que los manifestantes siguieron atrincherados en los alrededores de Ifema, donde se celebra Fitur, dejó un balance de 14 heridos leves --diez taxistas, tres policías y un periodista-- y dos manifestantes detenidos. Uno de ellos fue arrestado tras atravesar el cordón policial que pretendía evitar que los huelguistas cortaran de nuevo la M-40, mientras que otro taxista fue apresado en Atocha por, presuntamente, causar daños a un vehículo de alquiler con conductor (VTC).

Hay consenso entre las entidades en que con la hora de precontratación de los VTC pactada en Barcelona sería suficiente para satisfacer sus reivindicaciones y volver al trabajo. Incluso algunos se conforman con menos. El presidente de la asociación mayoritaria, Fedetaxi, Miguel Ángel Leal, se ha mostrado dispuesto a que en Madrid se establezca solo media hora, frente a la hora de Barcelona. En Madrid hay 7.000 licencias de VTC frente a 16.000 de taxi. La relación es casi de 2/1.

La reunión que mantuvieron técnicos del Ayuntamiento de Madrid y de la Consejería de Transportes de la Comunidad abrió un cierto espacio a «la esperanza». El encuentro lo propició la alcadesa, Manuela Carmena, al ofrecerse para mediar en el conflicto, pero el ejecutivo regional no lo ha querido elevar al nivel político. Ambas administraciones quedaron en citarse de nuevo.