El científico español Juan Carlos Izpisúa-Belmonte y su equipo en el Instituto Salk de California han logrado corregir en ratones la mutación causante de la retinitis pigmentaria, primera causa de ceguera hereditaria en humanos, mediante una variación del sistema CRISP-CAS9, una herramienta de edición de genes descubierta en el año 2012 y que, grosso modo, permite cortar el ADN, modificar su secuencia e insertar nuevo ADN. Los roedores ciegos del experimento han recuperado parcialmente la vista.

El gran éxito del trabajo es que se ha logrado insertar ADN en una localización concreta en células que no se dividían --como son las del ojo, y las de la mayor parte de los órganos adultos, como el cerebro, el páncreas o el corazón--, algo que hasta ahora no era posible. En el experimento con ratones, se ha modificado en las células el gen responsable de que la retina del paciente cada vez respondiera peor a la luz.

La técnica «abre nuevas vías para el desarrollo de una gran variedad de tratamientos en enfermedades de la retina, neurológicas o cardiacas», dicen los autores del trabajo. En el estudio han colaborado también investigadores del Hospital Clínic de Barcelona y de la Universidad Católica San Antonio de Murcia. Los resultados se han publicado en la revista Nature. H