No hay edad para triunfar en las redes sociales. Aunque muchos youtubers seniors, como así se les denomina a los youtubers de más de 50 años, no sean nativos digitales, lo cierto es que la mayoría ha ido incorporando las redes sociales en el día a día. Algunos de ellos hasta lo han convertido en su nueva profesión.

El éxito en YouTube se mide por la cantidad de visualizaciones de los vídeos y por el número de suscriptores. Y aunque aún no son influencers, hay youtubers que cuentan con toda una legión de seguidores ,como es el caso de Antonio Nogales o como se hace llamar en las redes «El chatarrero de la madera». Este malagueño acumula casi 30.000 seguidores en su canal Serendipity Antonio.

Una afición, un pasatiempos o simplemente un hobby. Eso es lo que era para Antonio Nogales la carpintería. Su pasión por los palets y la madera le llevó a convertirse en youtuber a los 60 años, sin querer serlo: «Desde pequeño me ha gustado mucho este mundo de la carpintería», asegura Nogales.

El canal de Youtube nació de manera casual: «Tenía un montón de palets y comencé a grabar vídeos». Conforme más vídeos subía, más personas se interesaban por su trabajo y por su canal: «La gente empezó a preguntarme cómo se hacía tal cosa o cómo se arreglaba lo otro. Así que decidí subir vídeos explicándolo y así contestaba las dudas de todos», afirma.

El éxito de Serendipity

De repente sus vídeos comenzaron a sumar visualizaciones y nació Serendipity Antonio. El nombre, en inglés, se lo debe a su pareja que es americana y que también participa, pero siempre detrás de la cámara.

«Ahora ya contamos con más de cien vídeos y con una audiencia repartida por todo el mundo. Nos ven desde Estados Unidos, Uruguay, Costa Rica, Francia, Alemania y por supuesto, España».

El canal apenas cuenta con un año y medio de vida pero su alcance ha sido mayor del que podía imaginar Nogales. En sus vídeos se hace llamar «El chatarrero de la madera» y en todos ellos cuenta con un ayudante muy especial, el ingeniero Manolito, un muñeco que le acompaña en sus todas sus aventuras entre palets.

«El nombre del canal refleja muy bien como comenzó y lo que es: una serendipia. Porque esto no comenzó para ser un canal, nació de casualidad. Yo me pongo a hacer cosas con madera, a desmontar y montar cosas, pero oye los vídeos tuvieron sus visualizaciones», dice.

Su primer vídeo cuenta con 127.000 visualizaciones, hecho que aún sorprende a su creador. Pero su éxito no ha desorientado a Antonio Nogales de su objetivo inicial: ayudar a los demás con las cosas de bricolaje. «Explicamos muchas cosas, cómo realizar mejoras en las máquinas para trabajar mejor, montar cosas, desmontarlas, etc».

Durante la pandemia y los meses de cuarentena, el canal comenzó a subir dos vídeos por semana, en vez de uno: «Dada la situación en la que estábamos hicimos muchos vídeos, normalmente solía subir uno a la semana, pero acabé subiendo dos con el fin de entretener un poco a la gente que estaba en sus casas», recalca.

En su canal, él se encarga de «hacerlo todo», editar los vídeos y hacer los guiones, y siempre con la ayuda de Manolito.

Rechaza colaboraciones con empresas

Desde mayo del año pasado, la aceptación de los vídeos en la plataforma digital ha sido buena, pero la intención del Chatarrero de la Madera no es lucrarse con ello: «Tampoco pagan tan bien como se dice», bromea.

El éxito de su canal le ha llevado a que muchas empresas quieran colaborar con él, pero Nogales no quiere «ganar dinero con ello»: «Las marcas te mandan cosas para colaboraciones pero siempre digo que para mí no, para los suscriptores, hacemos sorteos y se lo regalo a mis seguidores», señala.

Cada domingo sube un vídeo y abre un chat con sus seguidores: «Les hago muchas preguntas, hago que la gente colabore y comente. Así interactuamos».

El objetivo a largo plazo del Chatarrero de la Madera, con su canal, no es hacer de esta su segunda profesión sino «seguir ayudando a los demás». «Yo no quiero cobrar dinero por ello, no quiero lucrarme», declara.

A pesar de que su profesión se aleja mucho de ser youtuber, mantiene este pasatiempos como una vía de escape para «descargar la cabeza de tanto estrés», dice.