El coronavirus ha cambiado el mundo y ha forzado a nuestra mente a adaptarse y modular la nueva realidad. Quizá ese reto sirva para ayudar en otros cambios aún más radicales ante los que la ciencia lleva años pidiendo acción: el cambio climático. Y la urgencia la ratifica un estudio de Proceedings (PNAS), la publicación oficial de la Academia Nacional de Ciencias de EEUU, en el que se alerta de que en los próximos 50 años, por el crecimiento de la población y el calentamiento global, más de mil millones de personas dejarán de vivir en el «nicho climático» en el que la humanidad ha prosperado durante 6.000 años.

El estudio lleva la firma de un grupo de expertos, que han quedado impactados por sus propias conclusiones y por la vulnerabilidad humana que estas demuestran. Porque en sus perspectivas más optimistas se producirá un cambio en el que 1.200 millones de personas se verán forzadas en 50 años a desplazarse o a soportar temperaturas insufribles. Pero en el peor escenario posible sería un tercio de la población la que viviría en zonas tan calientes como las peores del Sáhara.

El estudio, pionero en el análisis de las condiciones climáticas óptimas para la humanidad, establece dos franjas donde se ha producido ese «nicho»: una que se mueve en una media de entre los 11 y 15 grados, y otra con temperaturas medias de entre 20 y 25 grados.

Si no se adoptan medidas para frenar el calentamiento o se producen enormes migraciones, en el 2070 la temperatura experimentada por los humanos se elevará unos 7,5 grados. Eso es 2,3 veces más que el aumento general previsto.