Las nuevas tecnologías evolucionan y con el surge la necesidad de influir en nuestro vocabulario nuevas palabras que hablen sobre los nuevos planteamientos o los nuevos problemas. Una de estas palabras es el acrónimo de 'Fear of Being Offline', lo que se ha extendido como 'Fobo', el miedo que nos surge cuando no estamos conectados, como en aquellos momentos donde no hay cobertura o no tenemos ningún tipo de acceso a Internet.

Esto nos genera sensaciones cognitivas, corporales y emocionales similares a las de cualquier otro miedo, relacionado con la ansiedad y que nos produce un malestar fácilmente reconocible. Esto no solo aparece una vez que estamos inmersos en la situación sino también de forma anticipatoria, pudiendo llegar a evitar situaciones donde no podamos usar teléfono móvil.

Los miedos son irracionales, crecen con el paso del tiempo y deben ser tratados, independientemente de qué los haga aparecer o qué haga que se mantengan en el tiempo. El 'Fobo' puede ser visto desde fuera como algo que no requiera importancia, pero quien lo sufre sí sabe que no puede continuar así. De hecho, hay varias cosas que se pueden hacer ante el temor de la desconexión digital.

ENFRENTARSE

Todos los estudios que se realizan desde el campo de la Psicología demuestran la eficacia de enfrentarse a los miedos para poder superarlos, siempre con las herramientas necesarias. La evitación de los mismos o escapar de ellos solo hace que se queden y tiendan a crecer de forma exponencial. Con el 'Fobo' ocurre exactamente lo mismo que con las fobias, la ansiedad o las obsesiones, deben ser tratadas con herramientas nuevas y con la confrontación del problema.

Las siguientes pautas nos ayudarán a enfrentarnos al miedo a estar desconectados y nos generarán el ambiente propicio para que nos enfrentemos a ello:

1. El placer de perderse cosas

Internet y las Redes Sociales nos empujan a querer abarcar cada vez más cosas, queriendo vivirlo todo y sintiendo insatisfacción si nos perdemos algo. Sin embargo, en ello también podemos encontrar placer. Querer estar en todos lados o querer tener todas las experiencias solo hace que ansiemos el número, la cantidad, pero no el disfrute de la calidad. Para vivir una cosa de forma plena, tenemos que renunciar a cientos.

2. Momento presente

La ansiedad nos proyecta desde el miedo y hacia el futuro. Si queremos combatirlo, nuestra atención debe estar plenamente consciente en lo que ya estamos viviendo. Respirar hondo, intentar captar los olores o los sonidos de alrededor y mirar todo lo que tenemos nos ayuda a relajarnos con la mente anclada en el aquí y ahora.

3. Tiempo fuera

Si vivimos conectados la mayor parte del tiempo, será más difícil que estemos bien cuando no tengamos el móvil en la mano. Para ello, debemos ir acostumbrándonos a estar algunos ratos sin él. Es especialmente útil en reuniones con amigos, el tiempo del gimnasio o el trabajo.

4. Regula las notificaciones

Las notificaciones del teléfono móvil actúan como reforzador que hace que miremos más la pantalla o abramos más las aplicaciones. Si quitamos las notificaciones de todas las aplicaciones, lograremos relajarnos, aunque al principio pueda aumentar la sensación de ansiedad. Nada es tan importante como para que el móvil deba mandarnos una notificación. Si ha pasado algo, nos llamarán.

La era digital logra avances cada vez mayores y tiene una enorme cantidad de ventajas para nosotros. Sin embargo, como todo, también tiene su parte negativa que debemos saber cómo combatir. Los miedos o las ansiedades que parecen son dignas de estudiarse y tratarse. Ignorarlo solo perpetúa el problema. El miedo a estar desconectado es uno de estos problemas.