El derecho canónico le impide optar al cargo, pero precisamente por eso el gesto de esta teóloga de 73 años envía un serio toque de atención a la jerarquía eclesiástica. Anne Soupa ha hecho llegar al Papa su candidatura para ocupar el arzobispado de Lyón, dejando en evidencia un anacronismo: la ausencia de mujeres en los órganos de decisión de la Iglesia.

«Mi candidatura es seria, porque hay un verdadero problema en la Iglesia católica. Es una situación casi medieval. No se tiene en cuenta la emancipación de las mujeres y persisten concepciones muy antiguas. La mitad de la humanidad está excluida a pesar de que hacen funcionar las iglesias», cuenta a Euronews.

El papa Francisco se comprometió en el 2013 a dar más responsabilidad a las mujeres, aunque en opinión de Soupa las cosas no han avanzado en siete años, así que al presentar su currículum, su programa para el arzobispado y una declaración jurada ante el Nuncio en Francia pretende hacer visible el techo de cristal para las mujeres.

Una locura // «Algunos dirán que es una locura, pero lo que es una locura es que parezca una locura cuando no lo es», afirma Soupa en un comunicado. Sin entrar en el espinoso asunto del sacerdocio, considera que es perfectamente viable que una mujer esté al frente del arzobispado y que los obispos sigan administrando los sacramentos.