Los ladrones a rostro descubierto juegan con desventaja. También es cierto que la media o el pasamontañas en la cabeza invitan a sospechar, pero como mínimo te evitas el disgusto, aunque merecido, de Hung Phuoc Nguyen. Este hombre de 44 años perpetró un robo el pasado 30 de enero en un comercio de la ciudad de Lancaster (Estados Unidos). Le salió bien, pero dejó atrás a un testigo que tuvo la capacidad y la bravura de quedarse con su cara. Decidió dibujarlo y entregar su obra a la policía.

Los agentes debieron recibir el boceto con cierta incredulidad. Pero tenía algo. Y algunos se pusieron a revisar su base de datos de apandadores locales. Esa cara les era familiar. Esos ojitos, ese pelo, esa absoluta inexpresión, esa nariz ni pequeña ni grande. También podrían haber buscado un hombre con una sola oreja, pero prefirieron obviar la pequeña licencia que se dio el autor al eliminarle la del lado izquierdo. Así dieron finalmente con él. "Si bien el dibujo podía parecer de aficionado o caricaturesco, algunos investigadores y oficiales veteranos reconocieron la descripción física del sujeto", reza el parte policial que puede consultarse en internet.

Prepararon una rueda de reconocimiento con fotos y el dibujante señaló al tipo correcto. Lo tenían. En foto. Porque cuando fueron a su casa, el tipo no estaba. La orden de arresto sigue en pie. Todo gracias a ese dibujo por el que nadie daba un duro. Por cierto, si ustedes ven a Hung Phuoc Nguyen pueden llamar al 717-735-3300, con el prefijo 001 delante.