El estado de Texas, en Estados Unidos, ha ejecutado este jueves a Pablo Vásquez, un hispano condenado por el asesinato de un niño de 12 años, en 1998.

Vásquez recibió la inyección letal en la prisión de Huntsville, de acuerdo con la notificación del Departamento de Justicia Criminal de Tejas. "Lo siento por la familia de David. Esta es la única manera de que me perdonen. Aquí tenéis vuestra justicia", pronunció Vásquez poco antes de ser ejecutado.

Pablo Vasquez, ha sido ejecutado este jueves por el asesinato de un niño de 12 años en 1998.

Horas antes de la ejecución, los magistrados del Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazaron un recurso de última hora presentado por los abogados del preso en el que argumentaban que Vásquez "no tuvo un juicio justo". En su opinión el tribunal que condenó a Vásquez en 1999 "rechazó de forma deliberada a los candidatos a jurado que se manifestaban en contra de la pena de muerte".

EL ASESINATO

Vásquez fue condenado por el asesinato que cometió la madrugada del 18 de abril de 1998. La víctima, el asesino y su primo Andy Chapa salieron de fiesta juntos. Vásquez había consumido marihuana, cocaína y alcohol y aseguró que unas voces en su cabeza le incitaron a matar a Cárdenas.

Cogió una tubería, lo atacó por la espalda y le cortó la garganta mientras su primo (que en ese momento tenía 15 años) cavaba un hueco. "Él todavía hablaba. Fue entonces cuando lo alcé. La sangre le chorreaba y me empapó toda la cara. Algo me dijo que me la bebiera", explicó Vásquez a la policía. Después de esta escena, Chapa remató al niño golpeándolo con la misma pala con la que estaba cavando la tumba y entre los dos le cortaron los brazos, un pie y trataron de descuartizarlo, sin éxito. "El diablo me estaba diciendo que lo hiciera", apuntó Vásquez.

40 AÑOS DE EJECUCIONES

Desde que el Tribunal Supremo reinstauró la pena ca'pital hace cuatro décadas, Estados Unidos ha ejecutado a 1.433 reos, la mayoría en Tejas (537). La próxima ejecución prevista en el país es la de Kenneth Fults, el próximo 12 de abril en el estado de Georgia. A Fults lo condenaron a muerte por irrumpir en casa de su vecina y asesinarla en 1996.