Una edición del Azkena Rock con luces y sombras esperaba ávidamente el concierto de The Who, que han tocado cerca de hora y media. Ha sido un recital presidido por unos visuales espectaculares, que han recorrido poco a poco cada una de las reencarnaciones del grupo: sus comienzos como los chicos casi formales del Londres de los sesenta, su versión de la década siguiente, o su innegable querencia sinfónica.

La actuación de la banda ha tenido momentos brillantes, interpretaciones muy serias de sus grandes canciones, y también fases no tan divertidas. La voz de Roger Daltrey, por ejemplo, parecía a veces demasiado al límite de sus posibilidades.

Antes, Radio Birdman, con un Rob Younger no tan bailón como otras veces, pero cantando estupendamente, como siempre. Después, han salido Scientists. Kim Salmon y los suyos conservan la capacidad de provocar el movimiento del cuerpo y, en los raros momentos en que lo buscan, incluso hacen saltar al público.

Tanto el punk de Radio Birdman como la oscuridad de Scientists resultan auténticos y convencen de inmediato. Lo contrario que Fields of the Nephilim, por mucho humo que echen y por muy de negro que se vistan. La voz lo enmascara un poco, pero tienen un sonido que no va mucho más allá de lo que en los ochenta parecía post-punk, pero era directamente pop, en el mejor de los casos, ligero. Han resultado poco más que un intermedioe.

Esta noche también han actuado Marky Ramone y, después,Supersuckers. En conjunto la edición de este año ha resultado intermitente, no solo por la meteorología. Esta pasado noche el conjunto ha mejorado pero este público va a necesitar algo más de contenido para ediciones posteriores.