La palabra "todos” se aprende antes que “ninguno”, y “algunos” antes que “la mayoría”. Los niños aprenden los cuantificadores en la misma secuencia en todo el mundo. Así lo apunta un estudio que ha implicado a casi 800 pequeños de 5 años pertenecientes a 31 comunidades lingüísticas distintas.

El trabajo -que incluye el castellano, el catalán y el euskera- ha dado con uno de los raros patrones universales que se repiten en todas las lenguas y que podría apuntar a estructuras lógicas innatas.

El hallazgo, publicado recientemente en la revista PNAS, se base en experimentos llevados a cabo en los años 2010 y 2012. Estos estudios surgieron de una red de colaboración entre investigadores europeos “que pretendía encontrar hitos en el desarrollo lingüísticos de los niños”, explica Uli Sauerland, investigador del Centro de Lingüística General de Berlín y coautor del trabajo. “Conocerlos ayudaría a diagnosticar trastornos”, explica.

Los investigadores encontraron muchas diferencias entre idiomas en el uso de los pronombres y no tantas en el uso de las frases pasivas. Sin embargo, “el hallazgo con los cuantificadores es el de mayor impacto, porque siempre han fascinado a los lingüistas: son una especie de matemática del lenguaje, se corresponden claramente con operadores lógicos y funciones matemáticas”, explica Napoleon Katsos, lingüista de la Universidad de Cambridge y coautor del estudio.

El patrón de aprendizaje de los números ya se conocía anteriormente. Los niños aprenden su sentido y uso en el mismo orden de la cardinalidad del número: primero el 1, luego el 2, luego el 3, etcétera.

DIBUJOS Y FRASES

Con los cuantificadores todo es distinto, según han descubierto los investigadores. Su experimento consistía a presentarles a los pequeños un dibujo y una frase. En el dibujo había, por ejemplo, tres manzanas en una caja y dos fuera. La frase decía “la mayoría de las manzanas están en la caja” o “ninguna manzana está en la caja” o “todas las manzanas están en la caja”. Los niños tenían que contestar “verdadero” o “falso”. También se le pasó el test a un grupo de control formado por adultos.

Las frases contenían los cuantificadores “todos”, “ninguno”, “algunos”, “algunos… no” y “la mayoría”. Para cada uno de ellos, los porcentajes de acierto eran muy parecidos en niños de idiomas tan distintos como el turco, el tamil, el polaco y el japonés.

“Interpretamos que se adquieren antes los cuantificadores que tienen los mejores porcentajes de acierto”, explica Anna Gavarró, filóloga de la Universitat Autònoma de Barcelona, responsable de la investigación con niños catalanohablantes. Los estudios en castellano y euskera se llevaron a cabo en la Universidad del País Vasco. Por ejemplo, casi todos los pequeños acertaron las frases con “todos”, pero fueron menos los que acertaron las que llevaban “ninguno”.

Estos cuantificadores, que expresan que la totalidad de los elementos están o no están, se aprendían antes que los parciales (“algunos”, “la mayoría”), y entre los parciales los menos complejos de calcular (“algunos”) precedían a los más complejos (“la mayoría ”). Había pequeñas desviaciones en algunos idiomas: por ejemplo, los niños que hablan idiomas con doble negación (por ejemplo francés “aucune … ne…” para decir “ninguno” en francés) tenían una pequeña ventaja. Sin embargo, “no hay fundamento para pensar que ciertos idiomas son más lógicos que otros, al menos en esta área”, observa Sauerland.

“Este trabajo representa un esfuerzo notable: es raro encontrar estudios de esta talla”, comenta Luca Bonatti, lingüista de la Universitat Pompeu Fabra, no implicado en el estudio. “Sin embargo, su método no distingue entre el aprendizaje del idioma y la comprensión de la lógica subyacente”, observa. En otras palabras, podría ser que los niños entendieran el significado de ciertos cuantificadores antes de reconocer las palabras correspondientes.

“No lo hemos demostrado, pero yo creo que estos patrones universales lingüísticos corresponden a patrones universales de pensamiento”, replica Katsos. “Por ejemplo, se sabe que para los bebés es más fácil representar mentalmente la presencia de un objeto (“hay un cochecito”) que su ausencia (“no hay un cochecito que debería estar”)”, observa. Esto explicaría porque el “todos” precede el “ninguno”.

Ahora, Katsos y otros investigadores están explorando si su hallazgo puede ayudar en el aprendizaje de conceptos matemáticos y cómo varía la comprensión de los cuantificadores en niños con problemas lingüísticos.