Cinco siglos después, la villa de Tordesillas (Valladolid) celebra hoy sus fiestas patronales sin su tradicional, famoso y único torneo del Toro de la Vega, recientemente prohibido por la Junta de Castilla y León después de dos décadas de intenso rechazo social dentro y fuera de España.

Pelado, un astado de cinco años y medio, de 670 kilos de peso y herrado en la ganadería de Jaralta, protagonizará un hito histórico que los detractores del Toro de la Vega entienden como una victoria final, mientras que sus partidarios lo consideran un episodio transitorio. El propio Ayuntamiento de Tordesillas, que preside José Antonio González Poncela (PSOE), ha emprendido una ofensiva jurídica en varios frentes contra el decreto de la Junta de Castilla y León, firmado el 19 de mayo y refrendado días después por el Parlamento autonómico, que prohíbe la muerte pública de animales en festejos populares y tradicionales.

En su lugar, mientras se sustancian los recursos, el Toro de la Peña suplirá al Toro de la Vega, una justa de origen medieval. La ausencia de lidia, con lanceros de a pie y en montura, es la única diferencia entre el Toro de la Vega y el de la Peña, ya que el ritual se celebrará exactamente igual: día, hora, escenario recorrido e incluso el nombre, ya que siempre se ha conocido de las dos formas. H