Representantes de los trabajadores del centro de menores Can Rubió de Esparreguera (Barcelona) denuncian una situación de violencia insoportable para los trabajadores y para los residentes, con riesgo e inseguridad desde mayo del 2018, cuando se empezaron a acoger jóvenes con problemas de conducta sin reforzar el personal.

El responsable de la UGT de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (Dgaia) de la Generalitat, Pedro González, ha explicado que se transformó de centro terapéutico a residencial de educación intensiva (CREI) sin contratar a los profesionales indicados para este tipo de recurso como son un psicólogo, un enfermero y un profesor de deporte.

Además de jóvenes con problemas de conducta, Can Rubió acoge menores para los que la Justicia ha dictado libertad vigilada y sus trabajadores calculan que también faltan al menos dos profesionales de seguridad. "Sin un ambiente de seguridad, no tenemos nada que hacer como educadores", ha dicho González.

UGT sostiene que la Dgaia inclumple la normativa y no está aplicando recomendaciones de la propia Generalitat, del Parlament y del Síndic de Greuges, al que se dirigieron por el riesgo en la seguridad de menores -residen unos 20, entre los que hay unos cuatro extranjeros no acompañados (Menas), pero no tienen traductores-.

Los trabajadores denuncian episodios de violencia entre menores y a educadores casi diarios -14 agresiones a trabajadores, que llegan a hacer tres contenciones al día, solo este pasado mes de marzo-, incluyendo amenazas con arma blanca. Actualmente ocho de los 23 trabajadores están de baja. "Nos sentimos desamparados, desbordados, y vamos a trabajar como podemos, sin saber si ése día vas a llegar entero a casa, y con la sensación de que no estás pudiendo hacer tu trabajo", ha explicado un educador del centro, Joaquim Seisdedos. Estas situaciones "desestabilizan" a otros jóvenes, que se fugan para no estar con violentos, y se han dado incluso intentos de suicidio.

SIETE MOSSOS AGREDIDOS

En el centro hay un joven reincidente, que oficialmente tiene 17 años pero creen que es mayor, tiene problemas de conducta y consume tóxicos, incluso dentro del centro. Este joven ha amenazado con arma blanca al personal de seguridad, ha agredido a menores ingresados, ha roto tres de las cuatro furgonetas del centro con piedras y ha sido detenido por los Mossos d'Esquadra, que lo tuvieron que reducir con siete agentes de la Brigada Móvil, pero Fiscalía no ve indicios para privarlo de libertad y lo devolvió.