Como ya constataron en un trabajo anterior realizado tras la crisis de 2008 los investigadores Miquel Roca, a la sazón también decano de la facultad de Medicina de las Islas Baleares, y su compañera y antecesora Margalida Gili, si la situación económica derivada de la pandemia de coronavirus se alarga en el tiempo, habrá un repunte de casos de patologías mentales, informa 'Diario de Mallorca', diario de Prensa Ibérica.

Así lo corrobora la médico de familia Caterina Vicens, investigadora junto a los dos anteriores del grupo de trastornos de alta prevalencia en Atención Primaria del Instituto de Investigación Sanitaria de Baleares (IdISBa).

Esta profesional, especializada en el estudio de la frecuencia del consumo de ansiolíticos e hipnóticos entre la población de las islas, revela que alrededor de un 15% de las llamadas telefónicas (consultas médicas,en realidad) que atendía cada uno de los médicos de cabecera de cada centro de salud durante las fases más duras del confinamiento trataban problemáticas de ansiedad e insomnio.

¿Qué va a pasar con mi bar o con mi taller? ¿Mantendré el trabajo o después del erte vendrá el despido? Estas eran algunos de los motivos más aducidos por los usuarios para explicar su desasosiego e intranquilidad, explica la doctora Vicens.

"En definitiva, manifestaban miedo al futuro, temor ante lo que se les venía encima. Entre tres y cuatro llamadas de las veinte o veinticinco que atendía cada día hacían referencia a estas situaciones, en torno a un quince por ciento del total", calcula la especialista.

Psicoterapia positiva

Estos casos, que la doctora Vicens admite que se fueron reduciendo a medida que se avanzaba en las fases de la desescalada y el confinamiento iba haciéndose menos duro, se trataban con psicoterapia, "en positivo, viendo el lado bueno de todas las cosas que nos suceden", apunta, y, cuando no quedaba más remedio, con medicación para que el paciente se relajase y al menos pudiese conciliar el sueño.

"Les prescribimos ansiolíticos (para mitigar la ansiedad) de forma puntual e hipnóticos para que puedan dormir mejor", corrobora la experta que, de esta manera, no descarta que se haya producido un cierto repunte en el consumo de estos fármacos durante la fases más duras del confinamiento ya que, subraya, "las personas estaban más ansiosas porque la incertidumbre genera ansiedad".

Estos casos, que han ido disminuyendo de la mano de la relajación de las medidas para contener la diseminación del nuevo virus, podrían experimentar también un indeseado repunte si la precaria situación económica se alarga en el tiempo, advierte.

"Si las cosas se arreglan en los próximos meses y podemos retomar la actividad económica habitual, la gente se olvidará de esta crisis sanitaria", asegura Vicens.

"Pero si el problema persiste", continúa, "habrá más casos de trastornos mentales y estos serán más graves. Porque un estrés agudo, puntual, se manifiesta con trastornos como la ansiedad. Pero un estrés crónico, mantenido en el tiempo, puede provocar patologías más graves como depresiones más complicadas de abordar", advierte la especialista.

Más médicos

Por ello la doctora Vicens reclama la contratación de más facutativos para los centros de salud para abordar con garantías un posible repunte de casos que nada tendría que ver con el coronavirus pero que también requerirán de un sobresfuerzo asistencial para el que hoy en día Atención Primaria no está preparada, asegura.

De esta manera la facultativa ponía el acento en las numerosas contrataciones realizadas por la consejeria de Salud en este nivel asistencial para garantizar que Primaria podrá controlar con celeridad cualquier nueva infección por coronavirus, fundamentalmente de enfermeras y de técnicas en cuidados enfermeros, pero echaba en falta un aumento de la plantilla de facultativos para atender otras posibles patologías emergentes en la era post-covid.

El dato

A grandes rasgos, la doctora Caterina Vicens estima que un 8% de la población residente en las Illes Balears estaría tomando de forma regular ansiolíticos para reducir la ansiedad o para otros trastornos más graves como la depresión.

Este porcentaje supondría, según los datos del padrón del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al año 2019, que un total de 91.956 baleares estarían tomando esta medicación para atenuar problemas psicológicos.

Vicens se congratuló de que gracias al programa Benzored puesto en marcha desde el año 2016 se haya conseguido reducir la ingesta de estos medicamentos de forma crónica en unos cinco mil pacientes atendidos en las consultas de Primaria.