Los arquitectos Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta, ganadores del Premio Pritzker 2017, mostraron ayer su alegría por la distinción y consideran que es un reconocimiento a la arquitectura catalana y española de los últimos 30 años, que es «de alto nivel». En su estudio de Olot (Girona) señalaron que han tenido otros reconocimientos anteriormente pero el Pritzker «no te lo planteas ni en sueños», pues está considerado como el Nobel de la arquitectura. Rafael Moneo lo consiguió en 1996. EFE