La muerte ayer de otros tres inmigrantes subsaharianos cuando intentaban entrar en grupo en Ceuta provocó que el dolor vuelva a estar ligado con el fenómeno migratorio que ya ha producido al menos seis muertos en dos semanas. El fallecimiento se produjo cuando un grupo de unos 200 inmigrantes subsaharianos pretendía entrar de madrugada por la costa norte de Benzú, sin que ninguno de ellos consiguiera finalmente su propósito.

En esta ocasión, según informaron fuentes de la Guardia Civil, los agentes españoles no tuvieron que intervenir a pesar de haber estado desplegados cerca de una veintena de vehículos en el paso fronterizo por si se producía la llegada al vallado del espigón situado en la playa. Los tres inmigrantes, según organizaciones no gubernamentalese, fallecieron ahogados en su intento de llegar a la frontera española tras ser repelidos por la Gendarmería marroquí.

La costa donde fallecieron es conocida como Beliones y está formada por un núcleo poblacional situado en los pies de la montaña donde viven no más de un millar de marroquíes que disponen de un visado especial para entrar en Ceuta cada día. En este tranquilo lugar de la costa ayer volvieron a perder la vida tres inmigrantes subsaharianos, casi repitiendo la historia producida el día de Navidad cuando otros dos inmigrantes morían ahogados y un tercero era localizado sin vida el pasado día 2 de enero en la costa ceutí más próxima a la frontera.

La zona se ha convertido en el lugar elegido por los inmigrantes para buscar entrar en Ceuta. H