Los millones de seguidores de Pokémon Go que estos días andan por las calles persiguiendo a monigotes animados no han perdido el juicio ni son objeto de una despersonalización colectiva, consideran los psiquiatras consultados.

"El juego reúne los requisitos del éxito -afirma José Antonio Ramos Quiroga, responsable del área de Psiquiatría del Hospital del Vall d’Hebron-: capta el interés, atrapando con un potente componente adictivo que es reforzado de forma inmediata con la sensación de triunfo, de placer". El nivel de éxito de un juego depende del grado de adicción que consiga crear y de lo bien que maneje el proceso de recompensa que perciba el jugador, añade el psiquiatra. "Pokémon Go utiliza un aspecto muy atractivo, la realidad aumentada, y se ofrece con mensajes naif o frikis que incitan a desearlo. En contrapartida, es tremendamente adictivo”, sostiene.

No es solo un buen producto de márketing, advierten. Un juego nunca captará la atención por más buenas intenciones que tengan sus diseñadores. “Ya me gustaría a mí disponer de una aplicación parecida con la que pudiéramos tratar a las personas que sufren anorexia o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)…”, dice el especialista.

TOCA EL NÚCLEO DISCRIMINADOR

El factor de la innovación que supone la propuesta de Pokémon Go es, a juicio de los expertos, un elemento fundamental de su triunfo. El juego toca el núcleo del cerebro que discrimina las sensaciones buenas de las malas o las neutras, un punto denominado accumbens. Y promueve que triunfe la satisfacción. “¿Por qué a muchas personas les cuesta controlar el acto de comer, mantener sexo o fumar? Porque esas acciones tocan el núcleo accumbens: todo lo que llegue allí, te atrapará. Y si pierdes, lo puedes volver a intentar”.

Ese aspecto adictivo ha sido motivo de alerta desde asociaciones que tratan las adicciones, que han puesto sobre aviso a los padres de niños vulnerables a este y otros juegos similares. La obsesión por el juego, el fracaso reiterado al intentar abandonar la afición por este juego, o la dependencia emocional de sus personajes son síntomas de adicción descontrolada, advierten.