Abundan las banderas de EEUU y las gorras rojas del Make America Great Again. Algunos van armados con pistolas y rifles. Hay insignias del Tea Party y símbolos confederados de los años del racismo institucionalizado. No llevan máscaras para protegerse y todos creen que se están pisoteando sus derechos. Las protestas contra las restricciones estatales para contener la propagación del coronavirus se expanden rápidamente por Estados Unidos para reclamar que se reabra la economía. Un movimiento que cuenta con poderosos aliados, empezando por el presidente Trump, que espolea las manifestaciones desdeñando las recomendaciones de su propio Gobierno para mantener la distancia social.

El griterío recorre los parlamentos estatales y las mansiones de los gobernadores, insensible al sufrimiento que el covid-19 provoca por todo EEUU, el país con más casos documentados del mundo, unos 715.000. En estados como Ohio o Virginia las protestas apenas han reunido a un centenar de personas, pero en otros como Michigan los manifestantes son millares.

En su capital no solo tomaron el miércoles las afueras del parlamento estatal, sino que llegaron a bloquear incluso el paso de una ambulancia y a obstruir las entradas de un hospital.

Las protestas en Michigan fueron organizadas por un grupo financiado por la familia de Betsy DeVos, la secretaria de Educación de Trump y una de las grandes fortunas del país. La de Tejas la puso en marcha uno de los locutores de Infowars, un portal que trafica con teorías conspiratorias y que asegura que el colapso de los hospitales neoyorkinos es «propaganda» o que el coronavirus es una estratagema del Partido Comunista chino y las cloacas del Estado para destruir a Donald Trump.

El pasado viernes, poco antes de que se batiera el récord de víctimas por el covid-19 (4.591 en solo 24 horas) y poco después de que presentara su plan de reapertura, el presidente Trump espoleó las protestas pidiendo a los manifestantes que «liberen» Minnesota, Virginia y Michigan, tres estados gobernados por los demócratas. De los estados conservadores no dijo nada. Unas palabras que le han valido un aluvión de críticas y que, por otro lado, en las cloacas de internet sus seguidores lo interpretaron como un llamamiento a las armas.