Esta tarde, un tuit más falso que un duro sevillano informaba de la muerte por infarto de miocardio del escritor español Ildefonso Falcones (Falcones, afortunadamente, estaba en ese momento tan tranquilo concediendo entrevistas de promoción de su último libro, 'Los herederos de la tierra'). El mensaje era lanzado desde una cuenta 'fake' que simulaba corresponder a la editorial Grijalbo. Esta vez nadie picó: el aviso olía a la legua a una nueva acción del periodista italiano Tommasso Debenedetti, conocido por haberse inventado numerosas entrevistas a personajes públicos y, tras descubrir las redes sociales, haber anunciado falsamente en los últimos años la muerte de varios escritores a través de la red social, según él para denunciar la ligereza con que los medios se hacen eco de informaciones no confirmadas.

Debenedetti ya había creado cuentas falsas de escritores para anunciar desde ellas el fallecimiento de colegas (un falso Umberto Eco anunció prematuramente la muerte de Gabriel García Márquez, otro John Le Carré de mentirijillas informó de la de J. K. Rowling, y un Don Delillo no más verídico, la de Thomas Pynchon), y ha suplantado editoriales para dar cuenta de muertes inciertas, como las de Mario Vargas Llosa, Isabel Allende o, ahora, Ildefonso Falcones. Rizando el rizo, Debenedetti llegó a anunciar que él había sido el autor de un engaño sonado, el que llevó a la publicación de esa fotografía que supuestamente reflejaba a Hugo Chávez en un quirófano, en lo que muy probablemente fue otro embuste. El pasado mes de junio simuló una cuenta de 'USA Today' para anunciar la muerte de Cormac McCarthy, una noticia que engañó a otra escritora, Joyce Carol Oates, que la ventiló a los cuatro vientos.

Una de esas cuentas, creada en febrero del 2016 para liarla con uno de sus objetivos preferidos, Mario Vargas Llosa, ha sido utilizada varias veces, cambiando de nombre pero arrastrando con ella los 7.000 seguidores que ha acumulado por el camino. Es la que sido utilizada, enmascarada como cuenta de Grijalbo, para anunciar la 'muerte' del saludable Falcones, como lo fue este verano, disfrazándola de cuenta de la editorial Plaza&Janés, para asegurar que la fallecida era Isabel Allende. Primero Debenedetti reivindicaba en ella su actuación para, minutos después, borrar los tuits y cambiarle de nuevo el nombre para convertirla en@vargasllosa80 y anunciar desde ella que el escritor estaba camino de Puerto Rico, lanzando un cursi mensaje: "Feliz de amar. Feliz de escribir. Feliz de viajar. Feliz de vivir. Estoy en Twitter. MVL".

Pero no ha tenido tiempo de 'matar' también al hispanoperuano (o de anunciar su divorcio de Preysler, o vaya usted a saber qué más). Esta vez se le ha acabado al recorrido... al menos desde esta cuenta. Al cabo de un rato, Twitter la suspendía.

Hasta la próxima... aunque seguramente desde una cuenta con menos seguidores que le den verosimilitud y, como siempre, con solo dos o tres mensajes intrascendentes antes de lanzar la 'bomba', una característica que debería hacer sospechar de entrada a quien se tope con el próximo óbito literario.

Los responsables de comunicación del grupo editorial Penguin Random House (de quien Debenedetti ha usurpado la identidad, sucesivamente, de tres de sus sellos editoriales) no han confirmado si han llegado a reportar esta tarde a Twitter el desaguisado.