El informe de la Agencia Ferroviaria Europea, encargado por la Comisión Europea, concluye que la investigación realizada en España por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) sobre el accidente del tren Alvia en Angrois, cerca de Santiago de Compostela, el 24 de julio del 2013, en el que fallecieron 81 personas, no fue independiente y que en ella no se abordaron "elementos clave".

Bruselas ha hecho público este jueves el informe sobre el accidente en una reunión con representantes de las víctimas y con el BNG. El documento detalla a lo largo de diferentes puntos "las debilidades" que la Agencia Ferroviaria Europea identifica en la actuación de la CIAF, un organismo dependiente del Ministerio de Fomento, en cuestiones como la falta de multitud de análisis sobre la línea, seguridad y el porqué de decisiones tomadas, según informe Europa Press.

El informe indica que Renfe y Adif son parte del equipo de investigación, lo que provoca "un conflicto de intereses", mientras que las pesquisas de la CIAF fue realizada por un equipo que incluía a personal de organizaciones directamente implicadas en el accidente. También pone en duda la neutralidad de Ineco, empresa encargada de revisar la seguridad de la línea.

"La composición del equipo de investigación de la CIAF no aseguró la independencia de la investigación", desautoriza en su escrito de 16 páginas la Agencia Ferroviaria Europea, que destaca que se incumplió así la directiva de seguridad ferroviaria.

"El requerimiento de que la CIAF sea independiente de cualquier administrador de infraestructuras, empresa ferroviaria y de cualquier parte cuyos intereses puedan entrar en conflicto con el trabajo en encargado al equipo investigador no estuvo asegurado", prosigue.

Por todo ello, la citada agencia, teniendo en cuenta la naturaleza "muy seria" del accidente y debido a las "debilidades" relacionadas con la independencia de la investigación, aboga por abrir una nueva en la que se garanticen estas cuestiones.

SIN ABORDAR "CAUSAS FUNDAMENTALES"

El informe reprocha también que se centre únicamente la causa directa del siniestro en "un error humano", pero no ahonde en las "causas fundamentales y subyacentes" del siniestro, ni tampoco en "elementos clave" relacionados con la línea y el propio tren que pudieron influir.

Precisamente, las víctimas de Angrois han rechazado siempre las conclusiones emitidas por la CIAF, al criticar que "no se puede ser juez y parte" y, por tanto, niegan a este órgano la independencia que le exige la normativa europea, tal y como ahora subraya la Agencia Ferroviaria Europea.

El organismo europeo apunta que la investigación de la CIAF se centra en el propio descarrilamiento, pero la colisión, fuego e impacto que le siguieron "no están suficientemente descritas" ni "analizadas críticamente", a la vez que no se aporta ninguna conclusión. Además, en su opinión, el informe del órgano dependiente de Fomento "también fracasa al identificar qué vagones o vehículos descarrilaron primero", lo que puede dar lugar a una "mejor comprensión del accidente y sus causas".

Del mismo modo, la CIAF no analiza ni establece conclusiones "suficientemente" sobre las decisiones acerca del diseño de la línea, de la locomotora y vehículos, ni de "cómo fueron evaluados los riesgos" en los sistemas de seguridad.

FALTAN DATOS SOBRE SEGURIDAD

Sobre Renfe, lamenta que no se informa sobre los criterios en los que se basa el equipo de alta dirección para operar a alta velocidad a pesar de haber un "riesgo claro" de que hubiese consecuencias por un error humano sin medios técnicos que lo impidiesen. Aquí, afea que no se aportan los razonamientos sobre "cambios operacionales", como los que atienden al sistema de seguridad del ERTMS.

Respecto a las responsabilidades de ADIF, echa en falta profundidad en el análisis de medios que puedan paliar las posibles consecuencias de un descarrilamiento provocado por un error humano.

También ve insuficiente la información aportada acerca de la autorización de la línea, incluidas sus modificaciones, su trazado, radio de las curvas y velocidades, las evaluaciones de riesgo, así como revisiones de seguridad, entre otras.

Sobre la Dirección General de Ferrocarriles (DGF), dependiente de Fomento, censura que falta una análisis sobre los criterios en los que se basó para autorizar a ADIF poner en servicio la línea sin los medios que mitigasen un error humano.

En uno de los epígrafes se pone el foco sobre que en la investigación no se incluye el documento que elaboró en 2011 el jefe de maquinistas de la provincia de Ourense en el que alertaba del brusco descenso de velocidad que había que realizar en la curva de Angrois. "No hay descripción de cómo el peligro informado fue tomado en cuenta por aquellos que tenían la responsabilidad de gestionar y garantizar la seguridad en todos los niveles de la organización, incluido el equipo de alta dirección", avisa.