Ante la situación sin precedentes que vive la economía europea, abocada a una profunda recesión como consecuencia de la pandemia del coronavirus, los ministros de economía y finanzas de la Eurozona van a intentar esta tarde ampliar el arsenal de medidas comunitarias y crear una «nueva línea de defensa» utilizando el fondo de rescate europeo (MEDE), que podría dar créditos a países con problemas.

El mecanismo fue creado en el 2010 a raíz de la crisis del euro para apoyar a los países que no podían financiarse en el mercado y ha rescatado en el pasado Grecia, Chipre, Irlanda, Portugal y España. Cuenta actualmente con una potencia de fuego de 410.000 millones de euros y utilizarlo, según el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, permitiría apoyar el programa de compras del Banco Central Europeo y abriría asimismo la puerta a adquisiciones ilimitadas de deuda pública.

Tras los contactos de los últimos días, la discusión en el eurogrupo, que mantendrá su tercera videconferencia desde que estalló la crisis, se centrará en la creación de una línea de crédito similar a las que ya ofrece el fondo de rescate pero exclusivamente para el coronavirus.

DETALLES CLAVE / Según fuentes del Ministerio de Finanzas francés, tres elementos están en discusión: a qué países irá dirigido (a todos o unos pocos), a qué estarán condicionados los préstamos y, por último, la posibilidad de emitir a largo plazo los llamados coronabonos para captar financiación en el mercado, utilizando el aval de algún mecanismo o institución europea como el propio MEDE, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) o el presupuesto de la Unión Europea.

«Hemos defendido que el Mecanismo de Estabilidad (MEDE), del que se dotó la Unión Europea después de la crisis del año 2008, sirva para emitir bonos que mutualicen la deuda a nivel europeo, por ejemplo, emitiendo bonos en coronavirus, que es lo que ha propuesto por ejemplo la gobernadora del BCE, Christine Lagarde, y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y que desde luego el Gobierno de España junto con otros muchos países pedimos y exigimos», defendió este domingo el presidente Pedro Sánchez.

España, que junto a Italia ha redoblado la presión para que haya una emisión conjunta de deuda, cuenta en este terreno con el apoyo de Bruselas, partidaria de «hacer lo que sea necesario» para amortiguar el impacto y apuntalar la economía europea, y que ya ha aprobado la suspensión de las reglas del déficit y la flexibilización de las ayudas de estado.

El consenso, sin embargo, está lejos de alcanzarse. Aunque Berlín no ha rechazado de plano la emisión de deuda conjunta, como sí hizo cuando el proyecto del euro estuvo en la cuerda floja a raíz de la crisis de 2008, la posición de la cancillera alemana, Angela Merkel, no ha cambiado todavía. «Si se habla de mutualizar deuda, alemanes y holandeses van a decir no», sostienen fuentes europeas.

Por otra parte, el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar hoy los detalles de la línea de avales públicos de hasta 100.000 millones de euros a créditos bancarios a empresas a la que dio luz verde la semana pasada. Los bancos han planteado al Gobierno que el Estado cubra el 90% del riesgo en los préstamos a pymes y autónomos, el 80% a las empresas y el 70% a las grandes corporaciones, pero el Ejecutivo les ha trasladado que prevé porcentajes menores, informa Max Jiménez Botías.