A primera vista parecen un simple chupete, una vela de cumpleaños, un enchufe o un inofensivo par de botas de cuero. Pero en realidad se trata de productos peligrosos para la seguridad y la salud de los consumidores que pueden provocar ahogamientos, quemaduras, electroshock y todo tipo de reacciones alérgicas. La lista de ejemplos de productos no alimentarios de consumo peligrosos identificados por las autoridades europeas sigue estable pero al alza. En 2018, según el último informe publicado por la Comisión Europea, el sistema de alerta rápida se activó en 2.257 ocasiones, ligeramente por encima de las 2.201 alertas registradas el año anterior.

Se trata de una especie de registro creado en 2004 para lanzar la voz de alarma en toda Europa sobre productos inseguros, que a juicio de la comisaria responsable de la cartera de consumidores, Vera Jourová, ha demostrado su eficacia durante todos estos años. Según Bruselas, el registro, rebautizado ahora como 'Puerta de seguridad' garantiza que los productos, una vez identificados, son retirados con rapidez del mercado y prohibidos en cualquier punto de la Unión Europea (además de Liechtenstein, Islandia y Noruega).

El 31% de las notificaciones (709) corresponden a juguetes mientras que el 19% se refieren a vehículos a motor (428 alertas), el 10% a ropa y productos textiles (236), el 8% a aparatos eléctricos (188) y el 7% a productos cosméticos (150 alertas). Los dos principales problemas que podrían generar el uso de los productos son riesgos químicos (25%) y lesiones físicas (25%) aunque también ahogamientos 818%), descargas eléctricas (19%) e incendios (8%).

CHINA, ORIGEN DEL 53%

Una año más Alemania fue el país de la UE en el que más quejas se presentaron (16% y 362 alertas) por delante de Francia (11% y 249 alertas) y Hungría (8% y 172 alertas). En el caso de España, el número de notificaciones ascendió a 121, el 67% de ellas relativas a juguetes, el 14% a productos textiles y el 4% a vehículos de motor. En cuanto al origen de los productos, China (incluido Hong Kong y Taiwan) sigue siendo el punto de partida de más de la mitad de los productos peligrosos (53%) lo que confirma que la cooperación entre las autoridades europeas y chinas sigue sin dar los frutos esperados. Concretamente, de las 2.257 alertas 1.191 correspondieron a productos que procedían de este país asiático.

El problema, sin embargo, también está en el continente europeo. Por ejemplo, el grueso de las alertas relativas a los vehículos a motor corresponden a productos producidos o ensamblados en los países europeos (73%) y se trata de la primera categoría de productos peligrosos identificados en Portugal (87%), Alemania (68%), Reino Unido (41%), Grecia (36%) y Rumanía (33%).