El laboratorio de Psicología Básica, Clínica y Psicobiología de la Universitat Jaume I (UJI) participa en una investigación internacional sobre el visionado de series de televisión. Tal y como explicó a este rotativo el profesor Jesús Castro, quien lidera este proyecto junto a Rafael Ballester, decano de Ciencias de la Salud, el objetivo es «intentar desarrollar un instrumento para evaluar la adicción a las series, dado que cada vez se consumen más, con fenómenos como la plataforma Netflix y similares». «Pasamos mucho tiempo viendo series; algunas personas casi excesivamente o con mucha frecuencia», apostó.

Los investigadores plantean la posibilidad de que «el consumo pueda llegar a ser adictivo», algo parecido a lo que sucede con los videojuegos o internet. «Hasta ahora no existían estudios internacionales. Por ello, el objetivo ha sido desarrollar un instrumento para medir correctamente este fenómeno», explica Castro.

ESTUDIO EN 16 PAÍSES // El estudio, coordinado por la Universidad de Luxemburgo, se hará en «nueve idiomas, ya que es un fenómeno global», señala el castellonense. «Hay 16 países implicados en esta investigación, con más de 11.000 personas participando en el estudio», señala el castellonense. Cada uno debía recabar al menos 500 encuestas. De Canadá a Australia, de México a Egipto o Irán, a España, donde la Jaume I encabeza la titularidad.

Aquí, bajo la coordinación made in UJI, se han obtenido alrededor de 600. ¿Cómo? Se lanzó un cuestionario on line, que los voluntarios completaron y por el cual recibieron un feedback acerca de su situación personal en comparación con la media.

DIAGNOSIS // Para diagnosticar una adicción comportamental (como al cibersexo o las tragaperras) se deben dar una serie de condiciones: pasar mucho tiempo realizando la actividad, que requiera mucho tiempo y esfuerzo y genere una sensación de control, que no puede ser evitada. «Por ejemplo, si tienes que entregar un trabajo y no puedes acabarlo y lo pospones debido a que estás viendo series», señala. En tercer lugar, que genere «una interferencia», por ejemplo «reduciendo el contacto con amigos o familiares».

Asimismo, señala que la edad es un factor importante. En ese sentido, indica que la gente joven tiene mayor riesgo porque tiene mayor acceso a la conducta. «La brecha generacional es cada vez mayor, pero es cierto que hay personas de 70 años que navegan como una de 20». En estos momentos, los investigadores están procediendo al análisis de las encuestas y confían en que en febrero o marzo puedan divulgar las conclusiones de la investigación en revistas científicas.