Manuel Castells --que nunca ha salido de la universidad desde que entró en ella, con 16 años-- ha sido el ministro más silencioso del Gobierno de coalición. Hasta ayer. El sociólogo, economista y nuevo titular de Universidades compareció en el Congreso de los Diputados con artillería pesada, presentando todos los planes que tiene para poner patas arriba las facultades, desde bajar las tasas universitarias hasta aumentar las becas y acabar con la precariedad de profesores asociados e investigadores.

Eso sí, pidió ayuda a los parlamentarios para dar luz verde a los Presupuestos del Estado. Si no, no se podrá hacer nada. «Ayúdenme a no defraudar a los jóvenes», imploró.

Castells anunció una inmediata revisión del sistema de becas universitarias para que los estudiantes tengan información muy clara sobre cuánto, cómo y cuándo recibirán la ayuda. A cargo de los Presupuestos, las becas tendrán mayor financiación, incluidas para máster y con especial acento en las que se conceden por razones socioeconómicas.

Si las becas aumentaran, lo que se reduciría serán las tasas universitarias, que volverán a tener los niveles previos al 2012, algo que pasa necesariamente por una reforma normativa y un acuerdo previo con las comunidades autónomas. La tercera prioridad es acabar con la precariedad del profesorado universitario, incluidos los investigadores.