Uno de cada tres españoles sufre patologías del sueño y, a pesar de que la mayoría de estos trastornos (un 10% crónicos o graves) son tratables, menos de un tercio de las personas que las padecen acuden a los médicos especialistas, alerta con motivo del Día Mundial del Sueño, la Sociedad Española de Neurología (SEN). Aunque existen alrededor de 100 patologías del sueño, la más habitual es el insomnio (con una prevalencia de entre el 20 y el 30%), le sigue el síndrome de las piernas inquietas (5% de la población) y el síndrome de apneas-hipopneas (que lo sufren entre un 4 y 5% de las personas).

La sociedad médica ha incidido en que dormir es fundamental para el correcto funcionamiento del sistema nervioso; de lo contrario hay un menor rendimiento cognitivo, baja la concentración y se pueden producir fallos de atención y memoria, así como cambios de humor o alteraciones en la toma de decisiones. Además, destaca Carles Gaig, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la SEN, no dormir bien aumenta el riesgo de padecer hipertensión y la probabilidad de agravar o desarrollar otro tipo de enfermedades, por lo que lo más indicado es lograr dormir entre 7 y 8 horas diarias.

MÁS TARDE QUE EUROPA // En estudio de Dormity coordinado por la doctora Odile Romero, jefa de la unidad del sueño del Hospital Vall d’Hebron, alerta de que el 45,4% de los españoles se va a dormir pasada la medianoche, una hora más tarde que la media europea, y que entre un 10 y un 15% toma hipnóticos para poder conciliar el sueño.

«La calidad del sueño es fundamental para la salud, pero eso todavía no ha entrado en las escuelas y los adolescentes suelen dormir menos de lo que deberían», denuncia la doctora, que critica el exceso de fármacos que se consumen en España para dormir, una tendencia al alza. «El consumo de Orfidal o Tranquimazin es altísimo y aumenta con la edad, y aún más en mujeres», advierte.

En el citado estudio, Romero subraya que no destinar suficiente tiempo a descansar hace que tengamos una población más nerviosoa y alterada, e incrementa el riesgo de accidentes de tráfico y laborales. En poblaciones de más de 100.000 habitantes, hay un 8,9% que se va a dormir pasadas las 2 de la madrugada. «Los divorciados, los viudos, los separados, las mujeres y las personas de entre 50 y 70 años son los que han indicado tener más problemas para lograr un descanso de calidad», explica Romero.

La doctora lamenta que haya pocas unidades médicas que están especializadas de sueño. «En Alemania o Estados Unidos sí existen somnólogos, aquí no es una especialidad», especifica.

Además de provocar enfermedades, la desmotivación, estrés y dolor de cabeza son otros de los efectos sobre los niños que duermen poco, advierten el neurocientífico Diego Redolar y la profesora de Psicología y Educación Amalia Gordóvil. «El sueño es clave para funciones fisiológicas y psicológicas como el crecimiento, el aprendizaje y la consolidación de la memoria. Está demostrado ya en bebés», apuntan.