Más de mil millones de niños y niñas son víctimas de la violencia y la explotación cada año en el mundo, es decir, más de uno de cada tres, según recoge el informe Small Voices Big Dreams 2019 presentado este miércoles por la oenegé Educo, para el que se ha encuestado a 5.500 menores de entre 10 y 12 años de 15 países. Según representantes de la entidad, la violencia contra la infancia es un problema global que trasciende fronteras, culturas, géneros y estatus socioeconómico.

Según el estudio, existen distintos tipos de violencia que se producen en varios ámbitos de la vida de los niños, por lo que es difícil escapar de ella. Un menor puede sufrir agresiones físicas, sexuales y psicológicas tanto en su entorno cercano como en la calle, en la escuela y, cada vez más, en las redes sociales. Todas estas muestras de violencia acostumbran a derivar en angustia, miedo, baja autoestima y problemas relacionales, según ha comentado Laurence Cambianica, responsable de protección infantil de Educo.

CIUDADANOS DE SEGUNDA

La oenegé ha resaltado que uno de los principales problemas que hay que afrontar es la normalización de la violencia contra la infancia, la cual "acostumbramos a justificar, por ejemplo, cuando un padre le da una bofetada a su hijo". Así, y con motivo del 30 aniversario de la Convención de los Derechos de la Niñez, la organización destaca la necesidad de que los niños sepan cuáles son sus derechos (el 80% de los encuestados declaró no conocerlos) y también que los adultos cambien su visión sobre la infancia, que constituye un tercio de la población mundial y, aún y así, a menudo los tratamos "como cuidadanos de segunda".

Asimismo, la Educo subraya la necesidad de empoderar a niños y niñas para que participen y sean escuchados en el desarrollo de cualquier política o acción dirigida a dar apoyo a la infancia, dado que según el estudio uno de cada dos niños ha declarado que los adultos no les escuchan cuando opinan sobre temas que les importan. Tendemos a excluir a los niños de estos debates para sobreprotegerlos, pero hemos comprobado que ellos tienen capacidad y ganas de hablar de estos temas, ha explicado Cambianica.