Diversos estudios sobre el uso de medicamentos por parte de la población española indican que seis de cada 10 personas usan incorrectamente los antibióticos, la mitad de los enfermos crónicos incumple su tratamiento y en torno al 70% de la población se considera capacitado para automedicarse. Y todo pese a los peligros para la salud que entraña. Para disminuir y hacer frente a los bulos, las creencias y las malas prácticas sobre la toma de fármacos, el Ministerio de Sanidad y Bienestar Social impulsa por primera vez un programa de educación sanitaria que promueve el correcto uso de la medicación entre la ciudadanía en general.

La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, presentó ayer a sociedades científicas y asociaciones de pacientes el proyecto, que pese al adelanto electoral prevé que pueda echar a andar el próximo junio, dado que «la administración no se interrumpe» por las elecciones. El ministerio pretende que el contenido lectivo del curso, que se impartirá online, cuente con las aportaciones de los especialistas y sea avalado por la Comisón de Farmacia.

La Escuela Nacional de Sanidad elaborará las videolecciones, de acuerdo con los contenidos propuestos e incorporará experiencias, programas y proyectos desarrollados por las autonomías. Y está previsto que la carga lectiva sea de 25 horas, lo equivalente a un crédito, y que se pueda cursar a lo largo de tres semanas. Al finalizar habrá un examen y un diploma acreditativo.

Las personas interesadas en realizar la formación podrán inscribirse a través de la gestión de estudiantes de la Escuela Nacional de Sanidad y la matrícula será gratuita. El objetivo del curso, según resumió la ministra, es que la población deje de recurrir «al doctor Google» para informarse acerca de su salud y los medicamentos que necesita y prefiera optar por la formación propuesta, que será «veraz, rigurosa, homogénea e independiente».

La presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, Carina Escobar, aplaudió el programa al considerar «fundamental» la formación sobre fármacos, «porque va ligado a la seguridad, no solo de pacientes, sino de cuidadores y de su entorno».