Varea obligó ayer al presidente de su peña taurina de Almassora, Toni Molina, a que le cortase la coleta, en un gesto de rabia e impotencia por no poder triunfar en la Feria de Julio de Valencia. Y eso que la tarde parecía propicia en el primero de su lote, donde encontró la inspiración frente a un toro excepcional de El Parralejo, con una embestida excelsa. Afloró el empaque y el toreo personal del castellonense, que compuso con gusto sobre ambas manos. Hubo naturales que fueron una delicia. Precioso el cierre con trincherillas y el toreo a dos manos. La espada, su talón de Aquiles, le birló el premio y todo quedó en una sonora ovación.

El inválido quinto fue devuelto. En su lugar, salió un sobrero de Las Ramblas, que se escupió en varas y se mostró abanto y sin celo en los primeros tercios. En banderillas se venció en todo momento por el pitón derecho, abriéndose más por el izquierdo, lo que obligó a Varea a echarse de primeras la muleta a la zurda. Se movió el toro pero sin clase ni ritmo alguno, y esta vez las musas no estuvieron de parte del castellonense. De nuevo se le atascó la espada.