Los expedientes que en el Vaticano documentaban los nombres implicados y los hechos sobre los abusos sexuales del clero «han sido destruidos sin tan solo ser abiertos». La alarmante denuncia no procede de un anticlerical, sino de Reinhard Marx, arzobispo de Múnich, presidente de la conferencia episcopal alemana y uno de los seis cardenales que colaboran con el Papa para reformar el gobierno central católico.

«En lugar de los culpables, quienes han recibido reprimendas han sido las víctimas, a las que ha sido impuesto el silencio», dijo Marx ayer en la tercera y penúltima jornada del encuentro mundial convocado por Francisco para enfocar de una manera global la lacra de la pederastia clerical. El encuentro concluirá hoy y mañana el Vaticano ha organizado una rueda de prensa para ilustrar con detalle el contenido y las consecuencias de la primera cumbre mundial católica sobre los abusos sexuales del clero.

MISIÓN OSCURECIDA // El cardenal alemán acusó de la desaparición o destrucción de los expedientes a la burocracia vaticana. «Los abusos contra menores y jóvenes son, en una medida no leve, debidos al abuso de poder en el ámbito de la administración», dijo a los 190 participantes en el encuentro, que reúne a las máximas autoridades jerárquicas de la Santa Sede y del catolicismo.

Según el cardenal, «la administración no ha contribuido a cumplir la misión de la Iglesia, sino al contrario, la ha oscurecido, desacreditado y hecho imposible». La causa concreta sería que «las formalidades y procedimientos establecidos para perseguir los delitos han sido deliberadamente desatendidos, o mejor borrados o desguazados». Por esta razón, «los derechos de las víctimas han sido pisoteados y abandonados al arbitrio de individuos singulares».

Por si no quedase claro, el arzobispo de Múnich cerró su intervención ayer afirmando que «la manera como la administración de la Iglesia ha sido estructurada y llevada a cabo no ha contribuido a unir a todo el género humano y a acercar a los hombres más hacia Dios, sino que al contrario ha violado tales objetivos».

Nadie en el Vaticano ha comentado en público de momento la dura acusación del cardenal, que se produjo mientras unas 50 víctimas de abusos recorrían varias calles de Roma para acercarse hasta el Vaticano.

Poco antes de su intervención, Marx se había reunido con 16 víctimas de abusos, excluidas en estos días de poder hablar con los 190 participantes en la cumbre. «No existen alternativas a la trazabilidad [de los abusos] y a la transparencia», dijo en la penúltima jornada de la cumbre.

Una revisión del secreto pontificio sobre los casos de pederastia clerical, la creación de una comisión externa, o sea no eclesiástica, para que examine todos los casos antes de llegar al Vaticano y un nuevo procedimiento para evaluar a los obispos negligentes o encubridores son algunas de las novedades que podría arrojar la cumbre.