Los compradores de vehículos suelen decantarse por la estética, el confort, la imagen de la marca y ahora por la moda de los gadgets electrónicos relacionados con la conectividad. Ignoran que los nuevos sistemas de asistencia avanzada, los denominados ADAS, son mucho más importantes porque pueden salvarles la vida. Estas ayudas al conductor podrían reducir a la mitad las cifras de la siniestralidad vial en España, es decir, podrían ahorrar 850 muertes, 4.500 heridos, 50.000 accidentes y 4.300 millones de euros en asistencia sanitaria.

Un informe inédito de la Dirección General de Tráfico (DGT) destaca como sistemas más eficaces la detección de peatones y ciclistas, que pueden llegar a evitar 7.500 accidentes; los que avisan del riesgo de colisión frontal (se evitarían 10.000 siniestros); los que alertan del cambio involuntario de carril (que provoca casi la mitad de las muertes por las salidas de vía y choques frontales) o los detectores de fatiga y de consumo de alcohol (alcolocks).

También los hay que mantienen la distancia de seguridad evitando los alcances, otros que limitan la velocidad leyendo las señales de la carretera o los detectores de vehículos en el ángulo muerto de los retrovisores. Los mensajes de advertencia que envía al conductor son desde un pitido a una señal luminosa y hasta un temblor en el volante, como en los aviones. En algunos casos impide la maniobra peligrosa bloqueando la dirección.

No es fácil acostumbrase al manejo. Requiere un tiempo de aclimatación. Y tener en cuenta que el conductor sigue a los mandos y no puede despistarse. Esto no es un vehículo automático. Es solo un paso intermedio.

Basándose en el estudio de la DGT, la empresa Track Surveying Solutions y las asociaciones de víctimas Aesleme y Stop Accidentes, entregaron ayer al director general de Tráfico, Gregorio Serrano, un documento con propuestas para que se incluyan en el nuevo plan estratégico de seguridad vial que quiere diseñar el Ministerio del Interior con todos los agentes implicados.

INSTALACIÓN // Las organizaciones piden a la DGT que todos los vehículos nuevos salgan equipados de serie con estos sistemas y que se incentive fiscalmente su instalación incluso en los que ya están circulando. Aunque la gran mayoría de los conductores no lo sepa, no hay ningún problema para instalar estos equipamientos en coches fabricados a partir del año 2000. «Asumo y acojo» las propuestas, les dijo Serrano.