Veintidós víctimas del terrorismo yihadista, de ETA y del Grapo narran en primera persona su historia en dos libros con el objetivo de remover conciencias y, sobre todo, de que su relato no caiga en el olvido de las nuevas generaciones.

"Testimonios, la voz de las víctimas" es el título de una recopilación en papel en dos volúmenes y publicados por la Asociación Plataforma de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo (APAVT) que esta tarde su presidente, Miguel Folguera, presenta en el centro cultura Casa de la Cadena de la localidad madrileña de Pinto.

Una publicación, ha explicado a Efe Folguera, que nace del proyecto audiovisual "El relato del terrorismo contado por las víctimas", en el que 22 víctimas, heridos en atentados o familiares de fallecidos, relataron sus historias a una psicóloga "para que ese testimonio no les provocara más daño".

El primer volumen incluye las diez historias de víctimas de ETA, Grapo y el terrorismo yihadista y el segundo los relatos de superación de otras 12 víctimas.

Son las historias, por ejemplo, de Maite de Araluce, que presenció el asesinato de su padre Juan María de Araluce, expresidente de la Diputación de Guipúzcoa, a manos de la banda etarra en 1976 o la de José María Pino, víctima del atentado de la casa cuartel de Zaragoza en 1987 en el que fueron asesinados sus padres y dos hermanos.

Virginia, Alicia y Mónica Muñoz son tres hermanas que también prestan sus recuerdos y cómo afrontaron la muerte de su padre, un Tedax de la Policía que falleció cuando trataba de desactivar una bomba en una empresa en el barrio de Vallecas en 1991.

De los atentados del 11M, la expresidenta de la AVT Ángeles Pedraza rememora la pérdida de su hija Miriam y Milagros Valor, la de su marido.

Todos los testimonios, insiste a Efe Folguera, pretenden dejar fe escrita de la verdad de lo sucedido, de que el terrorismo "no mate conciencias" y de que el dolor de las víctimas "no prescribe jamás".