Venecia no puede más con los cruceros que cada mañana y cada tarde hacen su tour por el Canal de la Giudecca y el Bacino di San Marco. Este es el mensaje que unos 20.000 habitantes de Venecia —una ciudad en cuyo casco antiguo no viven más de 55.000 personas— le han enviado en estos días a la administración municipal y a las élites empresariales a través de un referéndum que ha llevado a un nuevo nivel el conflicto ciudadano por el paso de estas naves por su famosa (y frágil) laguna.

“¿Está usted de acuerdo con que los cruceros permanezcan fuera de la laguna de Venecia y que no sean efectuadas nuevas excavaciones en la laguna?”, era la pregunta de la insólita consulta no oficial y no vinculante, pero que ha redoblado la polémica sobre el asunto. “Sí”, ha sido la respuesta del 98,7% de los votantes, que este domingo contó con la participación de 200 voluntarios del Comité No Grandi Navi y algunas asociaciones ecologistas.

PRESIÓN A LOS POLÍTICOS

“[El referéndum] ha tenido un éxito sin precedentes”, ha comentado, al conocerse el resultado, Marta Canino, una de las organizadoras. “Le llevaremos todo el material al alcalde, al presidente del puerto y al gobernador de la región de Véneto. Puede que estos resultados no sean válidos legalmente, pero tienen un alto significado político”, ha indicado Luciano Mazzolin, otro de los líderes de la protesta.

Varias organizaciones se manifiestan desde hace años contra esta situación, en una batalla que se ha endurecido este mes después de que el Gobierno informara de que está avanzando el proyecto para crear nuevas vías en la laguna, con el objetivo de facilitar el paso de los gigantescos barcos de las compañías de navegación, que son las que mueven el negocio. “Estamos cerca de conseguirlo”, dijo el ministro de Transportes, Graziano Delrio, enfureciendo a muchos de los habitantes de esta ciudad masificada de turistas, con serios problemas medioambientales y que se está despoblando de nativos.

AVISO DE LA UNESCO

Algo que ya preocupa dentro y fuera de Italia. Tanto que la alarma por Venecia ha ocasionado que la Unesco avisara en el 2016 sobre la posibilidad de incluir a la ciudad en su lista de patrimonios de la humanidad en peligro. Hasta la fecha, la Unesco solo le retiró su estatus a la ciudad alemana de Dresde por haber construido un poco recomendable puente sobre el río Elba.

En este sentido, el ultimátum ha llegado tras constatar que la situación de degradación de la ciudad ha empeorado en los últimos años sin que se haya encontrado ninguna solución. Un ejemplo de ello fue la decisión —anunciada por Roma después del naufragio del Costa Concordia en el 2012— de no permitir que las grandes naves se acercasen a menos de dos kilómetros y medio de la costa. Una medida que está lejos de haberse cumplido en el caso de Venecia.