El Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona ha advertido del crecimiento un año más de la presencia de medusas en las playas españolas, incluidas algunas especies invasoras, como la carabela portuguesa (Physalia physalis).

Ante esta proliferación, el ICM-CSIC ha publicado un protocolo para saber qué hacer en caso de picadura de una medusa.

Quitar los restos de medusa sin frotar y lavar con abundante agua salada son algunas de las recomendaciones básicas que se incluyen en la guía, que también identifica algunas de las especies más comunes que se pueden encontrar en el litoral español.

La guía, que forma parte del Proyecto MEDUSA del ICM-CSIC, se puede consultar en la página web del propio centro de investigación y ofrece tanto las pautas generales aplicables a todas las medusas como una serie de protocolos específicos para ciertas especies, como la 'Pelagia noctiluca', 'la Rhizostoma pulmo' o la 'Cotylorhiza tuberculata', entre otras.

Entre las recomendaciones básicas comunes a todas las especies se encuentra quitar los restos de medusa sin frotar, lavar la zona afectada con abundante agua de mar, aplicar agua con bicarbonato, aplicar hielo seco a intervalos y, si persiste el dolor, consultar con un médico.

LO QUE NO SE DEBE HACER

"El tratamiento frente a la picadura de medusas busca atenuar los efectos del veneno, prevenir envenenamiento posterior de trozos residuales de medusas en la piel y minimizar las complicaciones derivadas del uso de productos no probados", ha explicado el investigador del CSIC Josep María Gili, experto en medusas y uno de los autores de los protocolos.

La guía hace énfasis en evitar algunas prácticas que, lejos de ayudar, pueden empeorar la condición de la persona afectada por la picadura, como por ejemplo que no hay que aplicar agua dulce, ni amoniaco, ni alcohol, no hay que frotar la zona afectada, ni aplicar vendajes a presión y, excepto en casos muy específicos, tampoco hay que aplicar vinagre.

La página del Proyecto MEDUSA incluye también materiales para aprender a identificar las medusas más comunes del Mediterráneo, como la medusa luminiscente (Pelagia noctiluca), la medusa huevo frito (Cotylorhiza tuberculata) o la vela púrpura (Velella velella), y otras especies invasoras que empiezan a aparecer en las costas, como la carabela portuguesa (Physalia physalis).

"Este verano, como ha venido sucediendo en los últimos años, volverá a ser habitual, y posiblemente se incremente, la presencia de medusas en las playas. En general, se ha detectado un aumento del número y la frecuencia de medusas y también han empezado a aparecer cada vez con más asiduidad especies poco habituales, como la cubomedusa Carybdea marsupialis", ha advertido el investigador del ICM-CSIC.

El biólogo marino ha reconocido que la proliferación de medusas, en aumento en los últimos 50 años, tiene impacto en la salud de las personas, el medio ambiente marino, la pesca y el turismo.

En los últimos años, en Catalunya las picaduras de medusas se han incrementado hasta representar entre el 40 % y el 80 % de las incidencias totales en las playas.

El número de afectados por picadura de medusa en Catalunya oscila entre los 15.000 y los 20.000 en los meses de verano, según los datos de los servicios de socorrismo de las playas.

Un número que podría ser superior si se contabilizasen las personas que acuden directamente a centros hospitalarios