El naviero Vicente Boluda (Valencia, 1955) lleva años al frente de la locomotora de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), el lobi que ha presionado a gobiernos de uno y otro signo y ha popularizado la reivindicación de un Corredor Mediterráneo que este lunes estrenará la esperada variante de Vandellòs pero que va más lento de lo que querrían.

-¿Qué supone la apertura de esta variante de Vandellós?

-Bueno, lo primero que supone es una alegría después de tanto tiempo. Después supone que se pueda racionalizar un trayecto que nos lleva a Catalunya y a la frontera. Además, es una gran noticia que en un tramo tan corto se pueda ahorrar casi tres cuartos de hora por trayecto.

-¿Tiene un punto simbólico dentro de la construcción del Corredor?

-Por supuesto que es simbólico. Que se abra esta variante quiere decir que las cosas están empezando a acoplarse y a racionalizarse, están empezando a ser lo que lo que tenia que ser y además se va a ver.

-Pero, en realidad, casi se vuelve a los tiempos del Euromed de 1997, ¿hasta que punto es un avance y hasta que punto la constatación de un fracaso?

-Está claro que visto así se puede interpretar de esa manera pero yo no quiero volver la vista tan atrás. Prefiero centrarme en lo que se ha hecho bien en estos últimos cinco, seis o siete años y en la importancia que tiene para el Corredor, aunque es evidente que si se mira más atrás, como sucedería con muchas otras cosas si se revisaran, es un desastre.

-¿Ha habido un interés en que Valencia y Barcelona no estuvieran conectadas?

-Creo que es más producto de la rumorología que de la realidad. No quisiera creer que ha existido esa voluntad, prefiero pensar que las circunstancias han sido las que han sido y que ha acabado como ha acabado.

¿Quién se va a beneficiar de esta ingente inversión, las empresas o los ciudadanos de a pie?

Bueno, en este caso el que va y viene va a ganar tres cuartos de hora por trayecto, que no es poco. Para las empresas supondrá una eficiencia muy importante en los costes de posicionamiento, tanto en la mercancía propia como en la que necesitas para producir. Ese abaratamiento supone más producción y que aumente la competitividad. Y luego está el turismo que se va a ver claramente beneficiado.

-¿Cuáles deben ser los siguientes grandes hitos del Corredor?

-Si hablo como valenciano, claramente el nudo de La Encina (por el que se conectará Valencia con Alicante) y el túnel pasante de Valencia pero como español hay que extenderlo hacia el sur.

-El túnel pasante de Valencia parece lo más difícil de todo, al menos por el tiempo que lleva en estudio

-No creo que sea lo mas complicado, es que es lo mas caro y hay cierta tendencia a dejar para el final lo que más cuesta pero si no se hace Valencia será el cuello de botella del Corredor. Como antes teníamos el Semáforo de Europa en la carretera ahora lo tendremos en su versión de trenes.

-¿Qué le pide al nuevo Gobierno para el Corredor?

-Que cumplan sus promesas, porque las promesas se hacen para cumplirlas. Si lo hace, estaremos satisfechos.

-¿Cómo valora el papel de AVE en el impulso a esta infraestructura?

-Creo que ha sido muy importante. Hemos sido, hablando claro, la mosca cojonera de todo este tinglado, porque AVE ha insistido, ha insistido y ha insistido y ha provocado que todo vaya hacia delante, que la situación sea la que es y que toda la sociedad se haya unido en torno a este proyecto porque el final esta infraestructura se ha hecho por aclamación popular y pese a la resistencia de algunos.

-¿Cuándo cree que se podrá dar por acabado el Corredor?

-Creo que desde Murcia a la frontera el que llamamos provisional debe estar entre 2021 y 2022 y hasta Algeciras creo que en 2025 o 2026 pero el Corredor que nos gustaría (doble plataforma de ancho internacional) no llegará hasta 2030 y luego está el tema de las entradas a los polígonos, puertos y aeropuertos porque el Corredor no es una vía para ir hacia arriba y hacia abajo, es para entrar y salir. Se nos va a llenar la boca con 2025 y nos iremos al menos a 2030.