A la cárcel. La Justicia ordenó este jueves el ingreso en prisión inmediato del profesor condenado por 12 delitos de abusos sexuales en el 'caso Valdeluz'. Con una sentencia de 49 años a sus espaldas, una de sus víctimas se atreve a explicar cómo se siente a EL PERIÓDICO. "Por suerte la sala 23 de la audiencia provincial (sic) ha debido valorar todo esto para establecer que este señor tiene que pasar 49 años y pico en la cárcel, que no serán más de 15 pero son 15 años alejado de menores, de chicas, de niñas. Porque ese SI era mi objetivo, conseguir que no pudiera hacer daño a nadie más o al menos ponérselo muy difícil", narra.

En una carta en la que no quiere ser identificada, esta joven afirma estar "contenta" pero no completamente satisfecha, porque no hay "castigo suficiente" para los hechos. Sin embargo, "socialmente, junto con otros escándalos, hemos conseguido que desde el 28 de julio de 2015 por ley pidan el certificado de delitos de naturaleza sexual para poder trabajar con menores. (...) Sentíos orgullosas. Lo hemos conseguido y hemos puesto un granito enorme en la sociedad para que no les pase esto a más niños ni niñas", explica. "Chicas, nos han creído", proclama.

La víctima hace especial hincapié en este aspecto, e incluso carga contra el Colegio Valdeluz: "Que reconozcan que se equivocaron, a mí en bajito que me lo digan. Prometo no decir nada. En lugar de eso, si me cruzo con alguna persona que pertenezca al círculo del colegio noto como me disparan dardos de los ojos, cuchichean a mis espaldas, y me señalan, si me señalan por la calle, literalmente. Una vez más por suerte hay en dos páginas de la sentencia, que yo creo que me voy a enmarcar en mi casa, donde les dicen la cagasteis. La cagasteis, tenías que haber hecho algo, había informes, eran coherentes", señala.

"No venganza, justicia"

Esta víctima rememora como han sido los años desde que dio su paso adelante. "¿Cómo se habrían enfrentado ustedes a que su hija de 16 años diga en mitad de la cena de Nochebuena de donde se ha levantado como una energúmena por que no sabe ni como mirarse al espejo sin darse asco, que el profesor de piano no solo toca las teclas?", cuestiona.

Desde entonces, este periplo le ha llevado entre comisarías, burofaxes y "juicio que no llegaba", un tiempo que ha vivido con dificultad. "Que nos juntamos como venganza, que estábamos compinchadas, que queríamos dinero, que habíamos montado todo esto para llamar la atención y se nos había ido de las manos, que si odiamos a unos o a otros, en mi caso he oído y leído opiniones acerca de cómo mis padres habían llevado mi adolescencia, que si se tenían merecido lo que había pasado, que como me habían podido dejar en el colegio, que que malos padres por no mirar a sus hijas. Disculpen pero a todo eso digo categóricamente que NO".

"No quiero venganza quiero JUSTICIA", clama la víctima, antes de recalcar que "este señor era un abusador, un encantador de serpientes que tenía encandilado a todo el mundo en lo que a nosotras nos hacía la vida cada vez más difícil". Hace años comenzó "nuestra condena, la suya empieza ahora".