La Asociación DIA de Víctimas de Accidentes califica de "balance más que negativo" los datos de siniestralidad vial en 2017 y junto a PONS Seguridad Vial propone un paquete de iniciativas para un mayor control de la velocidad y del uso del teléfono móvil, además de una mejor formación.

DIA recuerda que los datos de 1.200 fallecidos en accidente de tráfico (39 más que en 2016) presentados hoy suponen un aumento del 6% respecto al 2015 y esto implica "un fracaso de las políticas viales", ya que "no se pueden achacar siempre al aumento de los desplazamientos" (16,4 millones más que en 2016).

Si bien la Asociación DIA reconoce las limitaciones de la Dirección General de Tráfico (DGT) en algunas competencias como la gestión de carreteras autonómicas o la renovación del parque móvil, cree que este organismo podría ejecutar más iniciativas que "paliarían, al menos, esta lacra".

Desde la asociación de víctimas creen que los accidentes "ya no son un tema que preocupe ni alarme en exceso", y que ante esta falta de "demanda social tácita", los políticos no tienen prisa por solucionarlo, ante lo que proponen algunas medidas que consideran necesario aplicar.

En carreteras secundarias, a 90

Entre estas iniciativas que propone la asociación, destaca la homogeneización de la velocidad máxima permitida en carreteras secundarias a 90 km/h, la actualización del carnet de conducir a "los vehículos y tecnologías de ahora" y mayor vigilancia física para reducir el uso del teléfono móvil.

Plantean también un aumento de la inversión para acabar con los Tramos de Concentración de Accidentes (TCA), además de endurecer los delitos contra la seguridad vial y promover la concienciación a través de campañas y formación.

En esta línea, la directora general de PONS Seguridad Vial, Shara Martín, también insiste en estas labores de formación y concienciación, sobre todo en las empresas, ya que según ella, ha aumentado considerablemente los fallecidos durante la jornada laboral.

Según el asesor de PONS Seguridad Vial, Ramón Ledesma, el eje del problema está bastante claro, "la ecuación carretera convencional + velocidad + distracción", y el mensaje que hay que trasmitir a los conductores es "menos velocidad y más atención", además de lanzar con urgencia una ley en torno a estos dos objetivos.