La Asociación de Cementerios ha denunciado la falta de seguridad y vigilancia en el cementerio de la Almudena de Madrid, donde este fin de semana han sido profanados el mausoleo de la familia Calvo Sotelo y las estatuas de Lola y Antonio Flores, además de otras tumbas o espacios de enterramiento.

En un comunicado, la asociación muestra su "rotunda condena y solidaridad" con las familias afectadas por los actos vandálicos de este fin de semana en la Necrópolis del Este, con los que se han llegado a profanar, según sostiene, hasta una veintena de sepulturas, además del mausoleo del político y las estatuas de los Flores.

La asociación tiende la mano al equipo de Gobierno municipal "para buscar soluciones conjuntas para paliar esta lacra", aunque advierte de que estos actos no son "nada nuevo".

Según su secretario general, Javier Jara, esta entidad lleva denunciando hace años públicamente las "constantes profanaciones" de unidades de enterramiento en este cementerio, causadas por los robos y el vandalismo, con el consabido perjuicio, de índole sentimental y económico, de las familias afectadas.

Jara asegura que en febrero del año pasado solicitaron a la Delegación de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, que se iniciaran los trámites para poder declarar este cementerio Bien de Interés Cultural, entre otros muchos motivos, por "el incremento de las penas en los actos de vandalismo y robo".

Sin embargo, -subraya- "hasta el momento no se ha iniciado ninguna acción al respecto" y por ello instan a los responsables municipales a que den las instrucciones para que se incremente el control y la vigilancia privada y policial en el recinto.

La asociación mantiene que la vigilancia actual consiste en un vigilante jurado y considera para la custodia del cementerio "más grande de Europa" -120 hectáreas- es "totalmente inaceptable".