Sus limitaciones las convierten en una presa más fácil de la violencia machista. Casi una de cada tres mujeres con discapacidad, el 31%, ha sufrido malos tratos en algún momento de su vida por parte de su pareja o expareja, más del doble que las mujeres sin discapacidad (12,5%), según un informe de la Fundación CERMI Mujeres presentado ayer.

El estudio se ha hecho a partir de la Macroencuesta del 2015 de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. De este exhaustivo trabajo ha extraído los datos específicos de las mujeres con discapacidad que han tenido en algún momento pareja (452) y los ha comparado con las respuestas de las mujeres sin discapacidad que también han tenido o tenían pareja a la hora de ser encuestadas (9.275).

La violencia más común de la que son víctimas las mujeres discapacitadas es la psicológica emocional (insultos, menosprecio, intimidación o amenazas verbales). La sufren el 24%, porcentaje que se reduce en diez puntos, hasta el 14%, en las mujeres sin discapacidad. Las primeras tienen, además, peor percepción de la salud derivada de este tipo de maltrato, como dolores de espalda, cambios de ánimo, ganas de llorar sin motivo, insomnio, tristeza o fatiga permanente.

En el 75% de los casos, la mujer no acudió a la policía porque dio poca importancia a los episodios de violencia, porque no se le ocurrió, estaba sola o tenía miedo.