El 21 de agosto el grupo San Agustín y San Marcos volvía a recibir otro golpe duro, y desgraciadamente en los últimos tiempos han sido varios. La pequeña guerrera Marina , de 11 años, nos dejaba sin haber podido cumplir los sueños de una familia rota.

Si bien Marina ya estaba planificando su cumpleaños junto a su familia (el 1 de septiembre hubiera cumplido los 12 añitos), no pudo cumplir muchas de las historias que nos hubiera seguido contando en su canal de Hermanas Molonas . A pesar de su enfermedad, Marina se caracterizaba por ser una pequeña pero gran guerrera. Siempre con esa sonrisa puesta y donde no podías pasar de decirle una palabra bonita que ella siempre lo agradecía.

Era una niña especial, muy familiar y muy integrada junto con su familia al grupo San Agustín y San Marcos, y muy querida entre los vecinos. Recordamos mucho la noche en la que salió de dama infantil en las fiestas del barrio. Muy emocionada e ilusionada y transmitiendo una ilusión que se alargaba hacia sus seres más queridos y a los vecinos que aquella noche abarrotaban el recinto festivo y donde resonaban fuertemente las palmas para llevar en volandas a Marina.

Su familia ha luchado día tras día y le ha dado todo lo mejor a Marina, con una madre coraje y valiente que se ha volcado con ella y haciendo posible una verdadera integración, haciéndola sentir igual que los demás.

Marina convirtió cada una de sus acciones en algo diferente y en algo que sí era posible. Los Encuentros Deportivos del Chencho ya no serán lo mismo sin ti, Marina, con tu dulzura y bella sonrisa, conseguías que los peques de los equipos que iban a disputar los partidos de fútbol cada domingo pusieran de manifiesto el lema «Compartimos, no competimos», siempre presente en cada una de estas jornadas.

En el barrio notaremos tu vacío, con unos vecinos, sobre todo los de la calle Málaga, que te veían con tu silla de ruedas pasear por la calle y sacando siempre una mueca que alegraba ese momento haciéndolo feliz.

Dicen que algo se muere en el alma cuando alguien cercano se va, y tu despedida nos ha dejado rotos de dolor. Pero siempre estarás en nuestros corazones. Has dejado recuerdos bonitos, inolvidables y nos quedamos con ellos. Los guardaremos en una caja y los iremos sacando cada vez que nos acordemos de ti, pequeña.

Puede que tu paso por el mundo haya sido fugaz, pero la llama que dejaste encendida es inapagable. Gracias por tanto, Marina.

Vuela alto, pequeña Marina.

Vuela alto, pequeña guerrera.

Francisco Cabañero, presidente AAVV San Agustín y San Marcos