La decisión de Vueling de avisar a los viajeros de los vuelos cancelados ayer por la huelga de controladores franceses ha evitado que se repitieran las largas colas de los últimos días en los mostradores de la aerolínea en el aeropuerto barcelonés de El Prat. Con esta iniciativa y la entrega al Ministerio de Fomento del plan de contingencia para los tres meses de verano, se ha reducido la presión sobre la aerolínea tras el caos del pasado fin de semana. No obstante, la situación está lejos de normalizarse. A los problemas de la firma y los derivados de los paros en Francia, se suman los causados por el enfado de los pasajeros que descargan en los trabajadores que les atienden en el aeropuerto.

Con motivo de la protesta en Francia, hasta mitad de tarde se habían cancelado en toda España 124 vuelos con origen o destino en Francia (62) y otros aeropuertos europeos. La mayoría de los vuelos despegaron a la hora prevista, si bien algunos registraron retrasos, pero no tanto como en días anteriores. La previsión de Vueling era cancelar un total de 66 vuelos en todos sus aeropuertos, la mayoría de los cuales tienen origen o destino en aeropuertos españoles.

Las cancelaciones seguirán en los próximos días hasta que la aerolínea no solucione el problema con más aviones y pilotos, según el plan de contingencia entregado ayer al Ministerio de Fomento, que lo ha considerado razonable.

Los trabajadores de Iberia Handling, encargados de la asistencia en tierra a Vueling, reclama a esta firma que contrate más personal para poder atender a los pasajeros. El presidente del comité de empresa, José Antonio Ramírez, denuncia que los empleados están viviendo una situación de “estrés laboral sin precedentes” al sufrir agresiones físicas e insultos de los viajeros. H