Acaba de estrenar el 'neonoir' 'Como perros salvajes', que protagoniza a las órdenes de Paul Schrader y al lado de Nicolas Cage. Incluso en una filmografía como la suya, generosamente poblada de personajes violentos y villanos, el exconvicto al que interpreta aquí Willem Dafoe destaca por su tendencia irrefrenable a derramar sangre.

Al principio de 'Como perros salvajes', su personaje mata a su novia y a la hija de esta. Hacía tiempo que usted no daba vida alguien tan brutal. En efecto, es un personaje bastante extremo. Pero hay que entenderle: creció en la cárcel y nunca recibió una educación, y además sus inseguridades y sus carencias afectivas lo han convertido en alguien rabioso. Siempre me han gustado los personajes oscuros y marginales.

¿Qué le gusta de ellos exactamente? Lo socialmente adecuado es muy aburrido, al menos en la ficción. Esos personajes, por el contrario, representan una faceta que todos tenemos oculta y reprimida. Y explorarla es muy liberador. Todos intentamos vivir en la luz, pero creo que es saludable conocer nuestras zonas oscuras, aunque hacerlo no nos haga mejores personas. Yo, por ejemplo, soy un tipo muy tranquilo y adaptable, pero cuando pierdo la paciencia o los nervios, mejor no cruzarse en mi camino.

¿Qué cosas le hacen impacientarse o perder los nervios? Hay gente que tiene una habilidad especial para lograrlo, especialmente en este negocio. No, bromeo. Ojalá lo supiera, porque eso me permitiría ser más eficaz a la hora de controlarme. De todos modos, no es que haya estado en la cárcel ni nada parecido. Soy un buen chico de pueblo.

Ha trabajado nada menos que siete veces con el director Paul Schrader. ¿Qué le atrae de hacerlo? A estas alturas, Paul y yo hemos desarrollado un método común. Es decir, sé lo que él necesita de mí y él sabe lo que yo necesito de él. Eso hace que, en cada nueva película, la mitad del trabajo ya esté hecha. Además, Paul está bastante chalado, y yo siento debilidad por los directores chalados.

¿A qué lo atribuye? Están dispuestos a llegar adonde sea para defender su visión, y ese compromiso resulta contagioso. Me estimulan mucho más que esos directores para quienes lo más importante es hacer películas que lleven al cine al mayor número posible de espectadores. Ahora bien, sería muy arrogante fingir que ese aspecto de mi trabajo no me importa en absoluto. Cuando fracasas en taquilla te sientes inútil.

También con Nicolas Cage había trabajado antes. ¿Qué recuerda de 'Corazón salvaje'? Nic y yo somos actores muy parecidos. Ambos aspiramos a alcanzar una intensidad cuando estamos frente a la cámara. Mi recuerdo más nítido es de la noche en que la película ganó la Palma de Oro en Cannes. Durante la cena de gala, Nic se subió a la mesa de un salto y se puso a cantar 'Love Me Tender' para todos los comensales. Pensé: "Este tipo es un auténtico actor". Ha llovido mucho desde entonces.

¿Le preocupa el paso del tiempo? Por supuesto, porque no quiero morir. Y porque daña mi autoestima. Ha sido así desde que empecé a darme cuenta de que, cuando iba caminando por la calle con mi hijo, las chicas que nos cruzábamos lo miraban a él y no a mí. Tengo 62 años, soy un señor mayor. Y lo peor es que sigo cometiendo los mismos errores que cuando era joven. ¿Que la edad te hace sabio? Yo sigo siendo igual de estúpido.

¿Y cómo ha afectado a su relación con la industria? Por supuesto, la edad es un problema, porque hoy en día quienes dirigen la industria son unos niños. No saben mucho de cine y no les importa. Por tanto, la mayoría de películas que se producen representan la cosmovisión de personas que no son muy inteligentes. Han entendido que esta es la manera de ganar dinero, y lo más triste es que en la mayoría de los casos tienen razón. El público no exige más. Da un poco de miedo.