Yani era una elefante de 34 años que vivía en el zoológico de Bandung, en la isla de Java (Indonesia). Después de estar una semana enferma, y sin la atención veterinaria adecuada, la elefante murió entre lágrimas. Su muerte es el claro ejemplo de la penosa situación en la que viven los animales en las instalaciones de este zoológico.

Y es que Yani cayó enferma por las malas condiciones en las que vivía entre barrotes oxidados. Pese a que las causas de su muerte aún deben determinarse, las fotos que circulan por las redes muestran heridas a lo largo de su cuerpo, por no mencionar las amargas lágrimas que caían de sus ojos ens sus últimos minutos de vida.

Las críticas no se han hecho de rogar. Activistas animalistas y políticos del país han mostrado su enojo respecto a lo ocurrido y han criticado las horribles condiciones en las que viven los animales en los zoológicos de la zona. Ridwan Kamil, el alcalde de Bundung, visitó a Yani justo antes de su muerte y declaró que "si ellos no tienen el presupuesto para gestionar el zoológico deberían pedir ayuda".

Tras este acontecimiento y las críticas que ha generado, el zoológico ha sido cerrado a la espera de una investigación por maltrato animal.

ESPECIE EN EXTINCIÓN

Los elefantes de Sumatra como Yani son una especie en peligro de extinción, y se estima que existen solo entre 2.400 y 2.800 de ellos en estado salvaje. Según señala la Fundación WWF, día tras día esta especie pierde su hábitat y su vida a causa de la caza furtiva y de la reducción de las selvas.