El cártel de Los Zetas utilizó durante más de dos años, entre el 2009 y el 2011, la cárcel de Piedras Negras, en el estado mexicano deCoahuila, como un “campo de exterminio” en el que asesinó eincineró en hornos improvisados a más de 150 personas, según una investigación de la Fiscalía estatal revelada por el semanario Proceso.

El propio jefe del grupo criminal, Omar Treviño, ‘el Z-42’, se refugiaba en esa prisión cuando el Ejército realizaba operativos para capturarlo. Y es que, con la complicidad de funcionarios y custodios, el Centro de Reinserción Social de Piedras Negras, se convirtió en una auténtica base de Los Zetas.

Allí, igual se restauraban los vehículos tiroteados y se les hacía los compartimentos secretos para llevar drogas y traer armas o dinero, como se fabricaban chalecos antibalas y uniformes falsos. Pero sobre todo se eliminaba y desaparecía tanto a enemigos como a inocentes confundidos con miembros de grupos rivales e incluso a mujeres que fueron llevadas para las fiestas del grupo.

El fiscal Juan Yáñez, que encabeza la investigación desde hace dos años, ha declarado: “Lo que tenemos en las investigaciones es que más de 150 personas fueron privadas de su libertad, llevadas a ese lugar y ahí dentro las mataron, las quemaron y sus restos fueron tirados a un río”.