Los cuatros puestos que la empresa Salvamento y Emergencias en Playas (Saepla) dispone en el litoral de Peñíscola dieron ayer por cerrado el paso de un molesto banco de medusas que desde el jueves y hasta las 14.00 horas de ayer dejó un urticante rastro de 1.230 atenciones por picaduras de este organismo, según informaron a Mediterráneo fuentes de la coordinación de esta empresa.

Ayer la bandera verde volvió a ondear en las playas de la ciudad del Papa Luna, después de que eljueves y viernes se izara el indicativo amarillo en los puestos para alertar sobre la presencia de estos molestos organismos.

El banco de medusas también afectó a las vecinas localidades de Benicarló y de Vinaròs.

La elevada temperatura del mar es la causa principal de la presencia de estos invertebrados junto con la escasez de precipitaciones importantes en el litoral, puesto que un incremento del porcentaje de agua dulce en disolución en el mar las repele.

El jueves y el viernes fueron los días con mayores molestias para los vecinos y veraneantes que utilizan las playas de Peñíscola, especialmente en aquellas más septentrionales. Allí fueron centenares las personas que sufrieron un contacto con estos cnidarios. Pronto, los bañistas empezaron a presentar los síntomas característicos de estas picaduras: dolor, ardor, inflamación y enrojecimiento de la zona. Las picaduras no presentaron complicaciones y los socorristas de Saepla atendieron a los afectados limpiando la zona con suero fisiológico y aplicando amoniaco disuelto. En los casos más graves se llegó a administrar antihistamínicos.

Ayer, pese a que siguieron registrándose picaduras, la intensidad bajó considerablemente sin que haya constancia de que el banco se haya trasladado a otro punto del litoral, por lo que podría haber ido mar adentro. No obstante, los expertos señalan que si se registran vientos de levante, las corrientes podrían volver a acercarlas hasta las orillas de las playas del litoral provincial, con las consiguientes molestias que ocasionan a los bañistas. H