La Audiencia Provincial de Madrid condenó a un profesor del colegio San Buenaventura de Madrid a 19 años y seis meses de prisión por abusar sexualmente de cinco alumnas de este centro del barrio de Batán entre 2011 y 2013.

En la sentencia, el tribunal condena a Rubén Baeza como autor de cinco delitos de abuso sexual, cuatro de ellos cometidos contra menores de 13 años, y establece que el cumplimiento máximo en prisión será de 15 años.

La Sala le impone al profesor 25 años de libertad vigilada una vez salga del centro penitenciario y seis años de inhabilitación para ejercer como docente, maestro o cualquier otra profesión y actividad en la que tenga contacto con menores de edad.

El tribunal condena al colegio San Buenaventura como responsable civil subsidiario, por lo que deberá asumir las indemnizaciones, que alcanzan los 50.000 euros, si bien la sentencia no es firme y puede ser recurrida ante la Sala Segunda del Supremo.

La resolución considera probado que el profesor «se aprovechó de la situación de superioridad derivada de ser maestro» para cometer los abusos sexuales contra las cinco niñas «en horario lectivo». Dos de los casos ocurrieron en el curso 2011-2012 cuando el condenado, que impartía Educación Física, «con intención de satisfacer su ánimo libidinoso» hizo tocamientos a las menores en el sótano del colegio.

Un tercer caso ocurrió entre finales de abril y principios de mayo del 2013, cuando pidió a una niña que le acompañara al sótano para enseñarle un dibujo de su hermano pequeño. Una vez allí, y con la excusa de darle un masaje, le realizó tocamientos «sin que la menor pudiera reaccionar al quedar bloqueada».

MISMO MODUS OPERANDI // Este modus operandi fue el que empleó con la cuarta víctima, a la que en una fecha similar le pidió que le llevara su agenda al despacho, donde volvió a proponer un masaje para cometer los abusos.

Con la quinta niña, los abusos se cometieron en el aula mientras los alumnos veían una película en clase de conocimiento del medio con las luces apagadas, circunstancia que aprovechó el profesor para hacerle tocamientos en la última fila.

El colegio, por su parte, aseguró ayer que apartó al profesor condenado tras conocer los primeros casos, y después lo expulsó.