El castellonense Luis M.P. deberá cumplir siete años y medio de cárcel por intento de asesinato tras acuchillar a otro hombre a la salida de una discoteca de Castellón en diciembre del 2015. Así lo determina el Tribunal Supremo, que ha desestimado el recurso de casación interpuesto por la defensa del agresor, que asestó dos cuchilladas en el abdomen a la víctima, intentando, según el tribunal, «acabar con su vida».

El afectado, que estuvo a punto de morir, tuvo que ser intervenido y perdió la vesícula a causa del ataque con arma blanca. Por todas las lesiones y secuelas, los magistrados condenan a Luis M.P. a indemnizarlo con la cantidad de 20.000 euros, según reza el fallo del tribunal de Madrid, que le impone también las costas del recurso interpuesto.

El condenado alegó durante el juicio que había consumido una gran cantidad de droga y alcohol la noche de los hechos. Por ello, los magistrados le han aplicado la atenuante de drogadicción.

Aunque el procesado fue detenido y hallaron grandes manchas de sangre en su camiseta, el arma blanca con la que se apuñaló a la víctima nunca fue encontrada. El hombre contaba con tres sentencias condenatorias a sus espaldas: una de ellas por un delito de violencia de género, otra por coacciones y una tercera por quebrantamiento de medida.

LOS HECHOS // Según la sentencia, por razones que se desconocen, el ahora condenado comenzó a dar golpes al coche de la víctima, estacionado frente a la discoteca, lo que motivó una discusión entre ambos que se transformó en un forcejeo que acabó sin mayores consecuencias. Poco después, sobre las 6.00 horas, cuando la víctima estaba fuera del local, el agresor se dirigió hacia él y, con un instrumento punzante que no pudo ser localizado, lo apuñaló dos veces en el adbomen.

Acto seguido, el sentenciado huyó de inmediato del lugar, hasta ser interceptado por la policía sobre las 6.50 horas en la plaza María Agustina de Castellón.

«Yo iba muy mal, salí del local y me di contra un coche. Entonces, él se puso a discutir conmigo y me dio un puñetazo. Horas después, me propinó otro y yo me marché de la discoteca porque no quería problemas», relató el acusado durante el juicio que se celebró contra él en la Audiencia Provincial de Castellón.

El relato de la víctima, sin embargo, fue bien distinto. «Cuando ya estaban cerrando la discoteca, vino de repente hacia mí y me cogió por la espalda. Yo no noté el pinchazo, pero cuando me separé vi que llevaba la camiseta llena de sangre», contó el afectado, que fue despedido de su puesto de trabajo tras pasar tres meses de baja por las lesiones.