Absuelto de la acusación de abusos sexuales a su hija menor cuando esta tenía dos años. Es la resolución que ha tenido el procedimiento penal al que ha tenido que enfrentarse un hombre natural de Burriana y vecino de Vila-real, que responde a las iniciales J.A.B., en la Audiencia Provincial.

El tribunal castellonense no cree probado que el hombre, para quien la Fiscalía Provincial pedía una pena de cuatro años de prisión, diera golpecitos con su miembro viril a la menor de sus hijas mientras ella estaba desnuda. Según la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico, «existen dudas razonables que impiden llegar al convencimiento de la realidad de los hechos imputados» y es que los magistrados señalan que la versión de la víctima y de su hermana mayor --aunque también menor-- podrían estar sugestionadas e inducidas.

De hecho, la Audiencia señala en la sentencia que resulta llamativo que la hermana mayor, supuesta testigo de los abusos, «pasa de una versión a otra con total naturalidad, como si se limitara a hacer lo que le piden que haga».

El padre siempre negó los hechos y acusó a su mujer de instrumentalizar el proceso judicial contra él para quedarse con la guarda y custodia de las dos hijas. Según la defensa, ejercida por el abogado Alfonso Barreda, inmediatamente después de la denuncia por presuntos abusos sexuales, se presentó la demanda civil articulada, en gran parte, en función de los supuestos tocamientos.

El procesado, ahora absuelto de todos los cargos, incidió durante su interrogatorio en que la pareja había hablado de separarse antes de presentar la madre la denuncia por supuestos abusos. La mujer, según la versión del marido, no admitía no quedarse con la custodia exclusiva de las niñas.

La Audiencia Provincial pone en evidencia, asimismo, ciertas incoherencias en el testimonio aportado por la abuela materna en el juicio oral del pasado mes de noviembre --respecto a lo declarado en instrucción--.

«UN CALVARIO JUDICIAL»

El entorno del padre celebra ahora la decisión judicial tras cuatro largos años de «calvario» y «juicio público» para el hombre, cuya relación con sus hijas se ha visto seriamente afectada por la causa, dicen. La defensa del hombre ahora absuelto siempre mantuvo que la denuncia era «falsa» y estaba enfocada exclusivamente a conseguir «medidas provisionales favorables a su interés en el divorcio».

La denuncia se formuló en 2016 y el juicio se celebró a finales de noviembre de este año --tras posponerse una vez por no citar al fiscal y otra por la crisis del covid-19--. El padre lamenta las dilaciones que ha sufrido el caso.