Acudía a la cárcel de Albocàsser a visitar a un familiar y ocultaba droga entre su ropa para, presuntamente, entrarla en prisión. Poco tardó un perro policía que se encontraba en el control de accesos en detectar el hachís que escondía el visitante y este, de 65 años y vecino de Vinaròs, acabó detenido y acusado de un presunto delito contra la salud pública.

La actuación la dio a conocer la comandancia de la Guardia Civil de Castellón. En dicha intervención el perro guía especialista en detección de sustancias estupefacientes reaccionó de manera positiva sobre un varón que se disponía a visitar a un familiar en dicho centro penitenciario. Los guardias civiles lo cachearon y descubrieron entonces que esta persona ocultaba en su ropa cinco piedras de hachís con un peso total de 20,25 gramos.

A pesar de las fuertes medidas de seguridad, los agentes se encuentran con cierta frecuencia con familiares que intentan proporcionar droga a reos. La Benemérita detuvo a finales del 2017 a una mujer de 55 años y vecina de Onda, que ocultaba en su ropa una bolsa con dos barras --de 24,9 gramos de peso-- de hachís.

Estas personas se exponen a condenas de prisión y llegan, como es lógico, a los tribunales para ser juzgados. El pasado año la Audiencia Provincial de Castellón sentenció a una mujer a siete meses de prisión por llevar droga a su marido --preso también en Albocàsser-- oculta en un preservativo a un vis a vis, al que acudió con su hija menor. La susodicha portaba un trozo de hachís, en ese caso, de 18 gramos de peso.

Un menor también fue detenido al intentar llevar hachís a un familiar, interno en Albocàsser, durante en enero del 2017.

UN AUXILIAR SANITARIO

Uno de los casos más notorios de los últimos tiempos fue en el 2015 el de un auxiliar de enfermería, condenado a seis años por introducir una mochila con droga en la cárcel de Albocàsser donde trabajaba, aprovechándose de su empleo y en colaboración con dos presos.