Una madre se sentó ayer en el banquillo de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, acusada de llevarle a su hijo droga a un vis-à-vis, oculta en preservativos. La Fiscalía pide para ella hasta cuatro años de prisión por un delito contra la salud pública y una multa de mil euros.

Los hechos sucedieron en el Centro Penitenciario de Albocàsser, en enero del año pasado. Los funcionarios de prisiones recibieron un chivatazo que les alertaba de que el interno iba a aprovechar la visita de sus padres para conseguir droga. Cuando el encuentro finalizó, sometieron al reo a unas placas de forma voluntaria y antes de que se llevara a término la prueba, él reconoció que tenía drogas y extrajo hachís, heroína y cocaína, que portaba en dos preservativos que se había metido por el recto.

La procesada negó ayer que ella fuera quien le llevara a su hijo las sustancias al vis-à-vis. «Me cachearon, me pasaron la raqueta detectora de metales y no encontraron nada», aseguró la mujer a los miembros del tribunal.

Su hijo acudió a declarar en calidad de testigo y, visiblemente alterado, dijo que el acusado debía ser él y no su madre. «Yo venía de pasar por una cárcel de Zaragoza y por la de Picassent. Mi madre no me trajo nada de eso y no tiene nada que ver», incidió el interno, quien abandonó la sala al grito de «mamá, te quiero».

Dos funcionarios de prisiones fueron llamados a declarar. «El preso firmó una autorización de rayos, pero antes de que se los hicieran nos dijo que nos iba a dar la droga. Se fue a un cuarto con un agente y lo extrajo del ano», dijo un miembro de la cárcel de Albocàsser. El juicio quedó ayer visto para sentencia.