La madre de Nalea Sereva, la joven moldava de 26 años residente en Vinaròs cuyo cuerpo, descuartizado en ocho partes, fue hallado en un foso en Ulldecona, ha declarado hoy en la Audiencia Provincial de Castellón que su hija le alertó de que su novio la iba a matar. Sucedió en la primera sesión del juicio con jurado popular contra Adrian M., entonces pareja de la víctima, para quien las acusaciones piden una pena de 25 años de cárcel por asesinato, como responsable de unos hechos que tuvieron lugar el 17 de febrero del 2019.

Fue uno de los numerosos testimonios, hasta 11, convocados en una maratoniana sesión de más de cinco horas y media. El que no quiso decir nada fue el acusado, por no estar «en condiciones» de hacerlo. El motivo que esgrimió fue su insatisfacción por la labor de su representante legal. De hecho, nada más comenzar la vista ambos solicitaron el aplazamiento del juicio. El abogado aludió a «falta de confianza» entre ambos, y el joven le culpó de no haber recopilado pruebas ni llamado a testigos relevantes en el caso. «No confío en él», sentenció, y solicitó un abogado de oficio. El juez, de acuerdo con el criterio de la acusación, rechazó el aplazamiento por ser una «maniobra dilatoria».

«Extender la sospecha»

Una vez comenzada la vista, la estrategia de la defensa se centró en sembrar la duda respecto a la vida de la joven: dónde trabajaba, con quién se relacionaba (habló de que tenía «amigos criminales»), el motivo de sus viajes.... Hasta tal punto que el juez afeó al letrado que tratara de «extender la sospecha» sobre la víctima entre el jurado «sin pruebas», e incluso le instó a variar el rumbo de su interrogatorio.

En la vista comparecieron las madres tanto de la fallecida como del acusado. Esta última se personó ante el tribunal y se acogió a su derecho a no declarar. La primera lo hizo de forma telemática desde Moldavia. En su declaración, afirmó que su hija le dijo que «su muerte vendría a manos» del acusado, con quien solo había hablado una vez. A preguntas del abogado defensor, negó un intento de suicidio de la joven en el pasado.

También declaró el padrastro del joven, quien pese a que aseguró que su relación era inexistente, reconoció que en la mañana del día 17 --el crimen tuvo lugar de madrugada-- lo recogió en coche en Vinaròs. También que durante esas horas hubo numerosas llamadas entre el acusado y su madre.

Asimismo, comparecieron los cuatro acompañantes (dos parejas) de Adrián M. y Nalea Sereva en la cena que se celebró la noche previa a que tuvieran lugar los hechos. Uno de ellos refirió que una semana antes, el acusado había declarado ante la Guardia Civil por una pelea. Otro, que solo cuando él y su novia anunciaron que iban a denunciar la desaparición, el procesado se animó a ir a la Guardia Civil. Antes de esto, a todo el que preguntaba le decía que Nalea se había ido a Alemania, donde había residido y trabajado antes de llegar a España.

Miedo

El abogado defensor expuso que su cliente halló el cadáver en su casa tras volver de la discoteca y que fue el «miedo insuperable» a verse señalado y su estado, drogado y ebrio, el que hizo que se deshiciera del cuerpo. Muy distinto es el relato de los hechos del Ministerio Fiscal, la acusación particular y la abogada de la Generalitat, que piden 25 años por matar a la joven a golpes «con alevosía», al no darle opción a la defensa.

Los hechos sucedieron tras una noche de fiesta en la vivienda que compartían. El joven finalmente, indicó, el emplazamiento de los restos de la joven a la Guardia Civil y fue detenido el 5 de abril.