Una crisis epiléptica de un paciente ha terminado en el Hospital General de Castellón en un cruce de denuncias entre el centro, por presunta agresión a personal sanitario, y las presuntas víctimas, que acusan a los vigilantes de seguridad de un ataque homófobo. Los hechos comenzaron en un parque de Castelló, cuando Kevin Bautista sufrió un fuerte episodio epiléptico que llevó a que una ambulancia le trasladara al citado hospital. Una vez allí fue atendido, pero tras recuperar la consciencia comenzó el citado incidente.

Imagen del dispositivo policial desplazado hasta el lugar para el suceso.

Según afirman fuentes del Hospital General, el enfermo comenzó a gritar tras su recuperación, y dirigiéndose a la salida empujó a una auxiliar de enfermería y agredió a un celador. “Se trata de personal de autoridad y presentaremos denuncia”, adelantan. Una vez en la puerta, según la versión del centro, “fue reducido por el personal de vigilancia y al inmovilizarle se golpeó con el suelo produciéndole una pequeña brecha en la cabeza. La pareja recibió también un golpe en la mejilla”. Añaden por último que intentaron curar las heridas en el mismo hospital, pero el paciente rehusó, firmando el alta voluntaria.

La versión del paciente

Pocas coincidencias (o más bien ninguna) tienen ambas versiones. Kevin Bautista sí admite que se despertó alterado, pero su pareja justifica su actitud afirmando que “inmediatamente después de una crisis epiléptica como esta lo hace de forma casi inconsciente, no sabe ni dónde está. Él se despertó diciendo que solo quería fumar un cigarro y en vez de tranquilizarle llamaron a los vigilantes de seguridad, que nos agredieron brutalmente de forma física y verbal”.

Imagen de Kevin tras el altercado en el Hospital General de Castellón.

Según la pareja de la víctima, “a Kevin le tiraron al suelo y le pegaron una paliza, después me tiraron a mí, me esposaron y me golpearon la cabeza contra el suelo. Contra él fueron cuatro y a por mí, dos. Se ensañaron con nosotros mientras gritábamos y llorábamos”. Añaden que una vez en una habitación, los vigilantes se mofaron de ellos con diferentes descalificaciones homófobas: “Dijeron que por qué nos quejábamos de que nos dolía con la de cosas que nos metíamos por el culo y mientras reían se dirigían a nosotros en femenino, diciéndonos lloricas, creídas… Fue muy desagradable. No me había sentido tan humillado en la vida”.

Asegura también que para retirarle las esposas “tuvo que mediar la Policía Local, que al venir se portó fenomenal y exigieron a los vigilantes que nos las quitaran. También la enfermera que había llamado a los de seguridad nos dijo que se arrepentía de haberlo hecho después de ver cómo nos habían dejado”. Asegura la pareja de Kevin que le han roto un diente -“a ver cómo me pago ahora los dientes si no tenemos ni para comer”, lamenta-, mientras a Kevin los golpes también le llevaron al Centro de salud Carinyena de Vila-real, donde recibió varios puntos en sus heridas.

Imagen del diente roto de la pareja de Kevin facilitada por él mismo a Mediterráneo.

Tanto las fuentes del Hospital General de Castellón como la joven pareja confían en que la Justicia les termine dando la razón y consideran que serán determinantes las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del centro sanitario.